Como consecuencia directa de las disparidades de salud agravadas por la pandemia de la covid-19 y para corregir esa situación, las autoridades de los principales proveedores de cuidados médicos en Utah implementaron desde este jueves medidas para «combatir el racismo sistémico» en los hospitales de ese estado.

«Nos hemos reunido como proveedores de salud en todo el estado y nos hemos asociado con organizaciones comunitarias para responder al COVID-19. Esta pandemia ha enfocado los reflectores en las disparidades de salud dentro de la configuración de los servicios médicos y de nuestras comunidades», explica el comunicado conjunto de las 18 principales organizaciones de salud de Utah.

Específicamente, Intermountain Healthcare, el Centro Médico de la Universidad de Utah, Steward Healthcare y Mountain Star Healthcare, así como las otras organizaciones, se comprometieron a «tomar las medidas para resolver las disparidades» que, más allá del coronavirus, «causan una crisis de salud» en todo el estado.

En el caso de Utah, los hispanos representan el 14,2 % de la población estatal, pero el 24 % de los casos de la covid-19.

Y la desproporción se extiende a la expectativa de vida, que resulta más corta entre las minorías que entre los blancos.

Al anunciar este miércoles la nueva iniciativa, Marc Harrison, presidente y gerente general de Intermountain Healthcare fue directo: «Nos dimos cuenta de que el racismo está afectando la salud y el bienestar de aquellas personas que decimos que servimos y de las personas con quienes trabajamos».

Por eso, las organizaciones firmantes del nuevo acuerdo se comprometieron a repartir equipo de protección personal entre miembros de las comunidades desfavorecidas, contratar a personas de esas comunidades para los programas de salud, y a invertir y fomentar inversiones en esas comunidades.

El racismo sistémico en los servicios médicos ni es nuevo ni se limita a Utah.

Ya en 2010, en su reporte anual, el Departamento de Salud de Utah detallaba las desigualdades de salud entre los distintos grupos étnicos, siempre favoreciendo a los blancos y desfavoreciendo a los latinos, especialmente por falta de cobertura médica, falta de cuidados prenatales, y menor acceso a medicina preventiva.

Desde entonces, según la Universidad de Utah, más de cien otros estudios han conectado el racismo con «resultados de salud adversos», incluyendo el reporte nacional de octubre de 2020 «Racismo Sistémico y Disparidad de Salud» de la Asociación de Médicos de Familia de Estados Unidos (AFP).

Además, en junio y otra vez en noviembre del año pasado, la Asociación Médica Estadounidense (AMA) declaró al racismo «una amenaza a la salud pública».

«Ya es hora de obtener los resultados correctos y los mismos resultados para todas las personas sin importar cómo luzcan, que idioma hablen o en qué ciudad vivan», aseveró el Dr. Harrison.

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