Los locales del Fillmore y Punchline, en Fishtown, acogieron el Festival Gastronómico, patrocinado por “The Inquirer”.(Foto: Impacto Staff)

“Ya era hora de que el mundo entendiera lo especial que es Filadelfia para la gastronomía”, dijo Rachel Abady, coordinadora del Primer Festival Gastronómico del Philadelphia Inquirer. El evento, con entradas agotadas —ideado por Lisa Hughes, directora ejecutiva y publisher de “The Inquirer”—, reunió a cientos de amantes de la comida en los locales Fillmore y Punchline, en Fishtown/Northern Liberties. ¿El ambiente? La energía pura de los amantes de la gastronomía de Filadelfia, y los asistentes disfrutaron cada minuto.

Una cálida bienvenida

El festival comenzó puntualmente a las 11:00 a. m. Había largas filas, pero avanzaban rápido, mientras los asistentes conversaban sobre sus restaurantes y platos favoritos. Los camareros animaron el ambiente ofreciendo muestras de café caliente de Starbucks a quienes esperaban afuera.

Dentro del Fillmore, los invitados fueron recibidos por la potente voz de Amanda Sheriff, de la Ópera de Filadelfia, cuya interpretación añadió un toque de elegancia al espacio de estilo industrial chic. A lo largo del pasillo, impactantes fotografías de diversas experiencias culinarias marcaban la pauta para un día de placer. En la planta superior, los invitados VIP disfrutaban de un espacio más amplio, pero la verdadera fiesta estaba en la planta baja, donde la presentadora Starfire mantenía la energía fluyendo entre los artistas y ponentes.

Comida, música e íconos de Filadelfia

La programación de entretenimiento ofrecía música para todos los gustos, incluyendo una actuación estelar de Zindelphia, un grupo de R&B, funk e indie pop con voces aterciopeladas. Las leyendas culinarias Steven Starr y Mike Klein también hicieron acto de presencia, compartiendo sus experiencias como emprendedores y la vibrante escena gastronómica de Filadelfia.

Y entonces llegó el plato fuerte: la comida. Más de 50 chefs y panaderos sirvieron muestras cuidadosamente seleccionadas en puestos dispuestos con esmero por todo el salón. Cuatro instalaciones en forma de estrella facilitaban a los invitados el acceso y el disfrute de las delicias en miniatura.

¿Mi primer bocado?

Un paté de jamón e higos con queso fresco en un panecillo de Castellino’s en Fishtown: un comienzo inolvidable. En el bar, los cócteles y mocktails especiales fluían a raudales, mientras los camareros recorrían el local ofreciendo más delicias.

Dulces sorpresas en Punchline

Tras degustar exquisitos bocadillos salados, los invitados se dirigieron al local Punchline para disfrutar de actividades prácticas: un taller de decoración de pasteles, sesiones de elaboración de pasta y un paraíso de postres. Una carpa exterior climatizada con sofás, un DJ y un bar crearon el ambiente perfecto.

Las pastelerías locales fueron las protagonistas. Party Girl Bake Club dirigió el taller de decoración de pasteles, Feels Like Sunday repartió galletas gigantes de chocolate crujientes y la emblemática Isgro Pastries del sur de Filadelfia cautivó al público con sus cannolis. En el concurso de repostería Inquirer Bake Off, los participantes llenaron platos repletos de irresistibles creaciones.

Por qué la comida es importante para el Inquirer

Evan Benn, organizador de eventos del Philadelphia Inquirer, explicó la profunda conexión del periódico con la comida:

“The Inquirer siempre ha celebrado la diversa escena culinaria de Filadelfia. Este festival busca conectar con la gente dondequiera que esté, compartiendo la emoción de la comida para todos los bolsillos”.

También destacó las iniciativas de sostenibilidad, señalando que la comida sobrante se donó a bancos de alimentos locales para evitar el desperdicio. Para quienes deseen más, The Inquirer publicó recientemente su lista de los 76 mejores restaurantes de Filadelfia, que incluye favoritos como Amy’s Pastelillos, Freddy and Tony’s, El Chingon, Geronimo’s Peruvian Cuisine y Puyero Venezuelan Flavor.

La guía está disponible en línea en https://store.inquirer.com/products/the-76-2025

Un día inolvidable

Tras un día lleno de sabores, música y comunidad, los asistentes se marcharon satisfechos e inspirados. Uno de ellos lo resumió a la perfección: “Valió la pena la espera”.

Para Filadelfia, este festival no solo valió la pena la espera, sino que fue una deliciosa afirmación de su lugar en el mapa culinario.

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