
Hace más de 32 años, dos hermanas voluntarias fundaron el Providence Center con una visión clara: escuchar a la comunidad y ofrecer respuestas reales a sus necesidades. Lo que inició como un pequeño proyecto local creció hasta convertirse en una organización sólida, dedicada a complementar los servicios escolares y brindar a niños, jóvenes y adultos un espacio seguro para aprender y desarrollarse.
Un proceso de transformación desde adentro
Con más de tres décadas de servicio a la comunidad del norte de Filadelfia, el Providence Center continúa evolucionando bajo el liderazgo de Siria Rivera, su directora ejecutiva. Durante los últimos años, la organización ha atravesado un proceso de renovación estructural que ha fortalecido su equipo, su misión y su proyección hacia el futuro.

Rivera explica que, junto a su equipo de liderazgo Shannon McGill y Carolann Torres el Providence Center emprendió por primera vez un plan estratégico integral.

“Fue un no brainer”, comenta. “Sabíamos que era necesario modernizar nuestra estructura sin perder la esencia, manteniendo lo que funcionaba, pero preparándonos para crecer y evolucionar”.
El proceso, desarrollado durante los últimos doce meses, implicó una reorganización interna que redefinió roles y otorgó mayor autonomía a líderes clave. “Antes, algunas decisiones se tomaban sin incluir todas las voces. Ahora, Shannon y Carolann tienen la responsabilidad y la libertad de desarrollar los talentos que ya poseen”, explica Rivera.

Liderazgo con propósito
Dentro del nuevo equipo directivo, Shannon McGill ocupa el cargo de directora de Operaciones y Cumplimiento. Su misión principal es inspirar a los adolescentes a descubrir su propio camino: “Queremos que imaginen nuevas posibilidades, que amplíen su horizonte y vean lo que pueden lograr”, señala.

Programas que transforman vidas
El Providence Center ofrece diversos programas diseñados para fortalecer el desarrollo académico, emocional y social de los participantes:
- Después de Clases: Apoyo académico y recreativo para estudiantes de kínder a octavo grado.
- Líderes Juveniles: Estudiantes de secundaria que actúan como mentores y promueven el liderazgo comunitario.
- Academia de Verano (C2L PHL): Para jóvenes de secundaria, enfocada en salud mental, finanzas y preparación para la vida.

Finanzas con visión y compromiso
Mientras tanto, Carolann Torres, directora de Finanzas y Subvenciones, ha sido pieza clave en la estabilidad y sostenibilidad del Providence Center. Con más de cinco años de experiencia dentro de la organización, Torres combina la estrategia financiera con una profunda vocación de servicio: “Trabajo junto a Siria Rivera en todo el proceso de subvenciones: desde identificar oportunidades y redactar solicitudes hasta reportar los fondos recibidos”, detalla. Además, lidera la contabilidad institucional, la preparación para auditorías y las campañas de recaudación que aseguran la continuidad de los programas comunitarios.
Entre los mayores retos que enfrenta la organización, Torres menciona los cambios en las prioridades de los donantes. “Algunos financiadores de largo plazo han modificado sus enfoques, y muchos donantes individuales están ajustando sus contribuciones debido al entorno político y económico”, señala.

Un espacio que transforma generaciones
La visión compartida de estas tres mujeres refleja una sinergia poderosa entre estrategia, servicio y propósito. Su trabajo demuestra que el liderazgo femenino no solo transforma instituciones, sino que también genera un impacto sostenible en las vidas de cientos de familias.

Un mensaje a la comunidad
Con una sonrisa y un tono cercano, Carolann Torres envía un mensaje claro a la comunidad: “Estamos aquí para ayudar y apoyar. Nos encanta ser parte de esta comunidad, y nuestras puertas siempre están abiertas. Incluso si no podemos atender una necesidad específica, con gusto te conectaremos con otra organización que pueda hacerlo. Y si no necesitas nada, igual puedes pasar hay muchas formas de ser parte de la familia del Providence Center”.

Desafíos y sostenibilidad
Uno de los mayores retos actuales, según Rivera, es la recaudación de fondos. “Sí, necesitamos recursos para continuar los programas, pero también para invertir en el futuro del edificio, mejorar los salarios y garantizar estabilidad a largo plazo”, explica.

Crecimiento con calidad, no solo cantidad
En un contexto donde muchos programas sociales miden su éxito por el número de participantes, Rivera defiende un enfoque distinto: crecer en calidad antes que en cantidad.
“Podríamos tener 60 niños en tres salones, pero preferimos que cada uno tenga un espacio cómodo y seguro. Nuestra misión no se trata de expandirnos por presión, sino de fortalecer la calidad de nuestras operaciones y administración para luego crecer de manera sostenible”.

El valor del talento y la visión a futuro
Finalmente, Rivera reconoce otro desafío compartido por muchas organizaciones sin fines de lucro: encontrar y retener talento humano. Sin embargo, destaca que la clave está en ofrecer oportunidades reales de crecimiento. “Shannon y Carolann se han quedado porque han tenido la oportunidad de desarrollarse profesionalmente. Y con ese crecimiento viene también una mejor compensación. Así debe funcionar el liderazgo: creando caminos para que otros también prosperen”.

Este enfoque refleja la filosofía central del Providence Center: reconocer el potencial existente y crear espacios donde las personas puedan desarrollarse sin miedo al juicio, ya sean estudiantes, voluntarios o miembros del personal.

Más allá de sus programas y logros institucionales, el Providence Center se ha convertido en un refugio de esperanza en el norte de Filadelfia. Bajo el liderazgo de Rivera, McGill y Torres, la organización ha logrado equilibrar la gestión administrativa con una profunda sensibilidad humana.
Para información sobre Providence Center comuníquese al 215 739-7465.





