La Administración Trump recibe la orden de pagar los beneficios del SNAP durante el cierre del gobierno
Dos jueces federales dictaminaron el viernes que el gobierno de Trump debe utilizar los fondos de contingencia para realizar pagos del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés) durante el cierre del Gobierno, fallando en contra de la Administración en dos demandas relacionadas con la inminente suspensión de los beneficios. Aproximadamente 42 millones de estadounidenses dependen del SNAP para comprar alimentos.
En un caso presentado por una coalición de estados ante un tribunal federal de Massachusetts, la jueza Indira Talwani dictaminó que la ley obliga al Gobierno a utilizar los fondos de emergencia para realizar al menos pagos parciales, y le dio a la Administración hasta el lunes para informar al tribunal si planea hacerlo.
En Rhode Island, otro juez federal concedió una solicitud de orden de restricción temporal presentada por un grupo de municipios y organizaciones sin fines de lucro que demandaron para bloquear la inminente congelación de fondos, según los abogados de Democracy Forward, el grupo que lidera la demanda. El fallo se dictó desde el estrado. Una anotación en el expediente del caso indica que el tribunal «ordena al USDA distribuir los fondos de contingencia» e informar al tribunal antes del mediodía del lunes.
En su fallo, la jueza Talwani no llegó a ordenar a la Administración que enviara los pagos del SNAP el sábado, pero rechazó el argumento del Gobierno de que el fondo de contingencia de $5 mil millones no puede utilizarse para financiar los beneficios durante la falta de asignaciones presupuestarias.
Los beneficios del SNAP proporcionan a las familias elegibles un promedio de $187 al mes en una tarjeta prepaga para la compra de alimentos. Muchas familias dependen de estos beneficios como su principal fuente de ingresos para alimentos. Trump declaró que los fondos para el programa expirarían el sábado debido al cierre del Gobierno, que ya cumple 31 días, pero en una publicación del viernes por la noche en Truth Social, el presidente Trump escribió que había «instruido a nuestros abogados para que soliciten a la Corte que aclare cómo podemos financiar legalmente el SNAP lo antes posible». El presidente culpó a los demócratas de cualquier retraso en la financiación y añadió: «Si la Corte nos da la orientación legal apropiada, será un honor para mí proporcionar los fondos, tal como lo hice con los pagos a militares y policías».
La demanda en Massachusetts fue presentada a principios de esta semana por veinticuatro estados y el Distrito de Columbia. Solicitaron a la Corte que obligara al gobierno a utilizar los fondos de emergencia para mantener el flujo de dinero del SNAP a los estados, que administran los programas de cupones de alimentos. Los estados argumentaron que la decisión del gobierno de suspender los pagos era ilegal y amenazaba con privar a millones de estadounidenses de beneficios alimentarios esenciales que ayudan a protegerlos contra la inseguridad alimentaria y el hambre.
“La suspensión de los beneficios del SNAP provocará un deterioro de la salud y el bienestar públicos”, escribieron funcionarios estatales en su demanda. “En última instancia, los estados asumirán los costos asociados con muchos de estos daños. La pérdida de los beneficios del SNAP conlleva inseguridad alimentaria, hambre y malnutrición, factores que se asocian con numerosos problemas de salud en los niños, como falta de concentración, disminución de la función cognitiva, fatiga, depresión y problemas de conducta”.
El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, que supervisa el SNAP, declaró en un memorándum la semana pasada que “los fondos se han agotado” y que los beneficios de noviembre no se pagarían hasta que se pusiera fin al cierre del Gobierno. Funcionarios de la administración y republicanos en el Congreso han afirmado que los aproximadamente 5 mil millones de dólares del fondo de contingencia no podían utilizarse legalmente para cubrir el déficit.
“Por ley, el fondo de contingencia solo puede utilizarse cuando el fondo subyacente está en funcionamiento”, declaró la Secretaria de Agricultura, Brooke Rollins.
Luego de pasar una semana en el extranjero, el presidente estadounidense Donald Trump se lanzó al debate sobre el cierre del Gobierno, e instó al Senado a eliminar el obstruccionismo para reanudar las actividades, una idea que fue rápidamente rechazada el viernes por los líderes republicanos, quienes se han opuesto durante mucho tiempo a tal medida.
Trump presionó a su Partido Republicano para deshacerse de la regla del Senado que exige 60 votos para superar objeciones y que da a la minoría demócrata un contrapeso frente a la actual mayoría republicana. En la Cámara alta, dividida 53-47, los demócratas han tenido suficientes votos para mantener el Gobierno cerrado mientras exigen una extensión de los subsidios de atención médica. Ninguno de los partidos ha querido seriamente eliminar la regla.
“LA DECISIÓN ES CLARA — INICIAR LA ‘OPCIÓN NUCLEAR’, DESHACERSE DEL OBSTRUCCIONISMO”, dijo Trump en una publicación en redes sociales el jueves por la noche.
La repentina decisión de Trump de intervenir en el debate sobre el cierre —en su día 31—, con la exigencia de poner fin al obstruccionismo, seguramente pondrá al Senado en vilo. Podría impulsar a los senadores a hacer sus propias concesiones o bien enviar a la cámara hacia una nueva sensación de crisis. O podría ser ignorada.
Los líderes republicanos respondieron rápidamente discrepando con Trump, un presidente al que pocos se han atrevido a contradecir públicamente.
El líder de la mayoría del Senado, John Thune, ha dicho repetidamente que no considera cambiar las reglas para terminar con el cierre, argumentando que es vital para la institución del Senado y que les ha permitido detener políticas demócratas cuando han sido minoría.
La “postura (de Thune) sobre la importancia del obstruccionismo legislativo no ha cambiado”, dijo el viernes el portavoz de Thune, Ryan Wrasse.
Una portavoz del senador John Barrasso, el republicano número 2, dijo que su oposición a un cambio en el obstruccionismo también se mantiene. Y el exlíder republicano Mitch McConnell, quien se opuso firmemente a los exhortos de Trump sobre el obstruccionismo durante su primer mandato, sigue en el Senado.
El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, también defendió el obstruccionismo el viernes, aunque admitió que “no es mi decisión”, desde el otro lado del Capitolio.
“La salvaguarda en el Senado siempre ha sido el obstruccionismo”, dijo Johnson, y agregó que los comentarios de Trump son “la ira del presidente ante la situación”.
Amplio apoyo republicano al obstruccionismo
Incluso si Thune quisiera cambiar el obstruccionismo, actualmente no tendría los votos para hacerlo en un Senado dividido.
“El obstruccionismo nos obliga a encontrar un terreno común en el Senado”, publicó en X el senador republicano John Curtis el viernes por la mañana, en respuesta a los comentarios de Trump y haciendo eco de los sentimientos de muchos de sus colegas republicanos en el Senado. “El poder cambia de manos, pero los principios no deberían hacerlo. Estoy firmemente en contra de eliminarlo”.
Durante años se ha mantenido un debate sobre el obstruccionismo legislativo. Muchos demócratas presionaron para eliminarlo cuando tenían pleno poder en Washington hace cuatro años, como lo hacen ahora los republicanos. Pero finalmente no obtuvieron los votos debido a que un número suficiente de senadores demócratas se opuso a la medida, pronosticando que esa acción se volvería en su contra después.
Pocos avances en el cierre
El llamado de Trump se produce en un momento en que ha declinado entablar conversaciones con los líderes demócratas para terminar el cierre, que está en camino de convertirse en el más largo de la historia.
Dijo en su publicación que pensó “mucho” en su decisión durante su vuelo de regreso de Asia y que una pregunta que surgió con frecuencia durante su viaje fue por qué “los poderosos republicanos permiten” que los demócratas cierren partes del gobierno.
Pero más tarde, el viernes, ya no mencionó el obstruccionismo mientras hablaba con los reporteros al salir de Washington y al llegar a Florida para un fin de semana en su finca de Mar-a-Lago.
Aunque se llevan a cabo conversaciones discretas, en particular entre senadores bipartidistas, Trump no ha estado seriamente involucrado. Los demócratas se niegan a votar para reabrir el Gobierno hasta que los republicanos negocien una extensión de los subsidios a la atención médica. Los republicanos afirman que no negociarán hasta que el Gobierno esté reabierto.
El líder demócrata de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, dijo en CNN que Trump necesita comenzar a negociar con los demócratas y que el presidente ha pasado más tiempo con mandatarios extranjeros que lidiando con el cierre en casa.
De costa a costa, las consecuencias de la disfunción provocada por el cierre del Gobierno federal empiezan a sentirse. La ayuda alimentaria del programa SNAP no podrá entregarse. Los vuelos se están retrasando. Los trabajadores no han recibido sus pagos.
Y los estadounidenses ya han dado un primer vistazo a los aumentos de los costos de los seguros de gastos médicos, que son el foco del estancamiento en el Capitolio.
“La gente está estresada”, dijo la senadora de Alaska Lisa Murkowski, mientras las opciones de alimentos en su estado se vuelven escasas.
“Ya es hora de dejar esto atrás”.
Dinero para el ejército, pero no para ayuda alimentaria
La Casa Blanca ha movido dinero para garantizar que el ejército reciba su paga, pero se niega a destinar fondos a la ayuda alimentaria. De hecho, el “gran y hermoso proyecto de ley” de Trump, firmado a mediados de año, efectuó el recorte más sustancial jamás realizado al programa SNAP, lo que hará que unos 2,4 millones de personas salgan del programa.
La secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, dijo el viernes que la agencia no puede liberar fondos de contingencia para mantener el funcionamiento de SNAP, pero dos jueces dictaminaron casi simultáneamente que el Gobierno debe continuar financiando el programa de ayuda alimentaria. Queda por ver qué tan rápido podría ocurrir eso, ya que se espera una consulta adicional con los tribunales el lunes.
“Estamos sosteniendo alimentos sobre las cabezas de las personas pobres para quitarles la atención médica”, comentó el reverendo Ryan Stoess durante una oración con líderes religiosos esta semana en el Capitolio de Estados Unidos.
“Dios nos ayude”, dijo, “cuando la crueldad es el objetivo”.
Los plazos se trasladan a la próxima semana
La Cámara de Representantes permanece cerrada sin planes de reanudar sesiones y los senadores se fueron el fin de semana y habrán de regresar el lunes.
El próximo punto de inflexión llega después de las elecciones del martes, que incluyen la contienda por la alcaldía de la ciudad de Nueva York, así como los comicios en Virginia y Nueva Jersey que determinarán a los gobernadores de esos estados. Muchas personas esperan que, una vez que se declaren los ganadores y perdedores y que los demócratas y republicanos evalúen su posición política ante los votantes, puedan estar listos para llegar a un acuerdo.
Si el cierre continúa, podría superar la pausa de 35 días que terminó en 2019, durante el primer mandato de Trump, debido a sus demandas de construir el muro fronterizo entre Estados Unidos y México.
Con información de AP

