El 17 de julio se llevaron a cabo protestas significativas en Filadelfia y sus suburbios como parte del evento nacional “Good Trouble Lives On”, en conmemoración del quinto aniversario luctuoso del congresista y activista por los derechos civiles John Lewis.
Las manifestaciones buscan honrar el legado de John Lewis y denunciar lo que los organizadores consideran una regresión en derechos civiles bajo la influencia de políticas asociadas al expresidente Donald Trump. Se exige la protección del derecho al voto, el fin de la supresión electoral y la defensa de los derechos civiles frente a leyes como el “SAVE Act”, que podría restringir el acceso al voto y criminalizar formas de protesta. Ese temor fue latente entre los manifestantes, que, aunque entusiastas por las reacciones de apoyo de los conductores en sus autos y transeúntes, muchos de ellos tendían a esconder sus rostros con los letreros que sostenían con variados mensajes, entre ellos muchos de apoyo a la comunidad inmigrante.
Un centenar de personas se congregaron a las afueras del Ayuntamiento de Filadelfia, comenzando en un ambiente intergeneracional y pacífico.
Jóvenes de etnicidades diversas unieron sus voces a activistas de toda una vida, quienes compartieron que recuerdan los momentos obscuros que, a travesado su país y el mundo, por lo que saben distinguir las señales de un gobierno fascista.
También se vieron varios veteranos que dijeron que siguen en pie de lucha, pero ahora por los derechos civiles y por la democracia de su propio país. En lugares como, Abington, Collegeville, Lansdale, East Norriton, Ambler entre otros muchos. En lugares como Norristown, donde hubo una vigilia el miércoles por la noche después de la redada en sus inmediaciones, donde varias familias guatemaltecas, mexicanas entre otras nacionalidades latinas, lloran por la detención de sus seres queridos, el repudio a las políticas y prácticas antinmigrantes, fueron la principal

