
Lo que debía ser una jornada histórica y festiva para los Philadelphia Eagles tras conquistar el Super Bowl 59, terminó matizado por las ausencias de varias de sus principales figuras durante la visita oficial a la Casa Blanca.
Aunque el equipo fue recibido este lunes en una ceremonia encabezada por el presidente Donald Trump, la imagen no fue la de un grupo completo: varias de sus estrellas optaron por no asistir.
Las ausencias más notorias
Entre los jugadores que no participaron en la celebración oficial se encuentran:
Jalen Hurts, mariscal de campo y MVP del Super Bowl 59, considerado uno de los rostros más emblemáticos de la franquicia.
DeVonta Smith, receptor abierto de gran peso ofensivo.
A.J. Brown, uno de los mejores receptores del equipo en la temporada.
Jordan Mailata, pilar en la línea ofensiva.
Brandon Graham, veterano líder defensivo y referente del vestuario.
Estos nombres no pasaron desapercibidos para fanáticos ni medios de comunicación, dado que representan no solo a figuras deportivas, sino también a voces relevantes dentro del vestidor de los Eagles.
Razones de las ausencias
Aunque no se emitió un comunicado oficial detallando las razones, fuentes cercanas a la organización aseguraron que la decisión de cada jugador respondió a una combinación de motivos personales, diferencias políticas y compromisos de agenda previamente asumidos.
«Cada jugador fue libre de tomar su propia decisión. Para nosotros lo importante es que el equipo siga unido dentro del campo», señaló en rueda de prensa el entrenador en jefe Nick Sirianni, evitando profundizar en los motivos individuales.
Algunos medios deportivos interpretaron la ausencia de Hurts y Brown como un gesto silencioso de desacuerdo político, dado que ambos han mostrado en ocasiones anteriores posturas firmes en temas de justicia social.
En el caso de Brandon Graham, fuentes allegadas indican que prefirió no participar como una muestra de respeto a su posición personal, aunque manteniendo un bajo perfil.
Precedente histórico
La relación entre los Eagles y la Casa Blanca ha sido históricamente complicada. En 2018, tras conquistar el Super Bowl 52, el entonces presidente Trump canceló la invitación al equipo apenas 24 horas antes del evento, argumentando que «solo unos pocos jugadores planeaban asistir».
La medida generó una enorme controversia nacional y dejó una huella que, a juzgar por las ausencias de esta semana, aún no se ha borrado del todo.
Quienes sí asistieron
El presidente Trump, en su discurso, elogió el espíritu competitivo del equipo, su resiliencia durante los momentos críticos de la temporada y destacó la labor del entrenador Nick Sirianni.
En ningún momento hizo referencia explícita a los jugadores ausentes, optando por enfocarse en los presentes y en los logros deportivos.
Entre los jugadores que sí participaron destacaron:
Saquon Barkley, estrella en su primera temporada con el equipo.
Lane Johnson y Dallas Goedert, otros dos pilares fundamentales en la conquista del título.
Al final del acto, los Eagles entregaron a Trump una camiseta conmemorativa del Super Bowl 59 con su nombre estampado en el dorsal.
Reacciones divididas
La decisión de varios jugadores de no asistir a la ceremonia provocó una ola de reacciones en redes sociales.
Mientras algunos aficionados aplaudieron el respeto a la libertad de conciencia de los ausentes, otros lamentaron que el equipo no haya podido presentarse en su totalidad en un momento de celebración nacional.
En cualquier caso, el logro de los Eagles esta temporada ya ocupa un lugar destacado en la historia del deporte estadounidense, y aunque sin su equipo completo, representó para muchos el cierre de un ciclo que había quedado inconcluso desde 2018.