Se han completado los primeros 100 días del segundo periodo del presidente Donald Trump en la Casa Blanca y los medios tratan de hacer un balance de sus logros y fracasos. Muchos consideran que algo que puede verse como un logro es que no sigan entrando masivamente inmigrantes por la frontera sur del país; pero, por el contrario, para los que venían de camino ya están sufriendo en varias crisis humanitarias, principalmente en México, en donde se han quedado decenas de miles varados. Para los inmigrantes que ya se encontraban dentro, estos 100 días han estado marcados por la ansiedad, la inseguridad y a muchos de ellos, el miedo de ser enviados a una cárcel fuera de los Estados Unidos, en lugar de ser deportados a sus países.

El Estado de Derecho y la libertad de expresión son de las causas que más han encontrado resistencias en las cortes; en la que inclusive jueces elegidos por Trump, y hasta la Corte Suprema, han señalado la inconstitucionalidad de las practicas del Gobierno MAGA.

De otro lado, el tema de los aranceles a destapado un enorme avispero respecto al intercambio comercial con grandes bloques de países; con antiguos socios y con sus aliados históricos; lo cual ha traído una gran incertidumbre en el mercado bursátil y una explicable inseguridad en los planes de los inversionistas, que hace a muchos temer por los efectos de una posible recesión, de la que Trump culpa a su antecesor.

Por el lado de los frentes de guerra, prometió que esperaba traer “en cuestión de semanas” a la mesa de negociaciones, sea a los rusos y a los ucranianos; o sea a Israel y su contraparte Palestina; pero después de más de 3 meses de gestión, hasta ahora no se ven los resultados de esas promesas ni se vislumbra una paz estable en esas regiones.

Estas y otras razones parecidas son lo que posiblemente está llevando a que sus niveles de favorabilidad en las encuestas muestren una curva descendente y un aumento de la preocupación entre sus propios votantes, en el sentido de si el país está yendo en la dirección correcta. El equipo del presidente afirma que todo reajuste profundo de la economía exige medidas que crean desarreglos temporales, pero que a la larga todo regresará a un curso mucho mejor; y hay muchos que le creen con fe ciega y se dicen dispuestos a pagar el precio de la “liberación”, pero los problemas de la gente común no esperan y la gobernabilidad del presidente se puede ver muy afectada si esas promesas, en especial las económicas, se esfuman.

Una expresión de la resistencia a las políticas que muchos consideran antidemocráticas, y peligrosas, e inclusive fascistoides, se manifestaron en un Día Internacional del Trabajo, con protestas especialmente nutridas y numerosas; más de 1000 en toda la Unión Americana.

Otra prueba de la desaprobación a que el movimiento MAGA este imperando en la Casa Blanca, fue la demostrada por una parte de los jugadores de los Eagles, el equipo ganador del Super Bowl, incluido el MVP, el “jugador más valioso”, Jalen Hurts; quien se sumó a los que no asistieron a la tradicional recepción, según la versión oficial “por incompatibilidad de agenda”.

Y a otro nivel, también ha sido motivo de titulares y de reflexión, tras la muerte en Roma del papa Francisco, su abierta confrontación al trumpismo desde su primer mandato. A días de instaurada la nueva Administración escribió a los obispos de EE. UU. en una carta apelando a cómo deben responder: “Un auténtico estado de derecho se verifica precisamente en el trato digno que merecen todas las personas, en especial, los más pobres y marginados. El verdadero bien común se promueve cuando la sociedad y el gobierno, con creatividad y respeto estricto al derecho de todos —como he afirmado en numerosas ocasiones—, acogen, protegen, promueven e integran a los más frágiles, desprotegidos y vulnerables”.

El vicepresidente Vance, se reunió como neocatólico con su líder un día antes de su muerte; según algunas filtraciones, el papa aprovechó para insistir en que los valores cristianos van acompañados de amor, en especial por los que más lo necesitan. Una reciente encuesta dice que los evangélicos siguen apoyando en su mayoría a Trump después de sus 100 días en el poder; mientras entre los protestantes y católicos son más o menos la mitad, pero cada vez menos. Habrá que esperar para saber cómo se van movilizando las buenas y coherentes conciencias, pero sobre todo aquellas que se escudan en valores cristianos muy a su modo, y que poco a poco se van desvaneciendo sus mascaras ante lo irreconciliablemente inaceptable.

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