En el Día Internacional del Trabajo del 1 de mayo, se realizaron marchas y manifestaciones en el país para exigir salarios justos, mejores condiciones laborales y seguro médico confiable para todos los trabajadores, y en especial hicieron énfasis al cese de redadas de inmigración en lugares de trabajo, detenciones y deportaciones que separan a las familias.
Las acciones de “May Day” tuvieron lugar en más de mil ciudades en los 50 estados de la nación y fueron organizadas por una coalición nacional de trabajadores e inmigrantes que incluyeron a más de 200 organizaciones comunitarias.
Entre los miles de manifestantes que se reunieron en el Ayuntamiento de Filadelfia para escuchar al senador de Vermont Bernie Sanders, protestaron otros oradores sindicales, así como estuvieron integrantes de varias organizaciones de defensa de los derechos humanos y de los inmigrantes, tales como Juntos, Nuevo Movimiento Santuario (NSM), Alianza Nacional de Trabajadores Domésticos, Movimiento de Inmigrantes Líderes de Pensilvania (por su acrónimo en español MILPA), y el Comité de Trabajadores de Restaurantes, entre otras.
Miembros de Juntos marcharon desde su sede en el sur de la ciudad hasta el Ayuntamiento portando pancartas y gritando consignas liderados por Erika Guadalupe Núñez, directora ejecutiva.
Por su parte, Blanca Pacheco, codirectora de NSM, expresó que entre las varias demandas de los trabajadores inmigrantes están: “un salario digno, el que se respeten los derechos de los trabajadores y que el gobierno no ande aterrorizando a comunidades migrantes que están trabajando y contribuyendo para el país con sus impuestos”. Agregó que muchos inmigrantes ni siquiera pueden comprar un seguro médico de manera legal, por lo que es necesario el acceso a la salud, así como a la vivienda, que son también demandas de la clase trabajadora.
Eva, líder de MILPA, fue una de las oradoras durante el evento “Somos la gente trabajadora la que mantenemos a este país con nuestro trabajo; muchos de nosotros trabajamos hasta 12 horas y aun así somos invisibilizados. Hoy estamos marchando y caminando con dignidad, coraje y con la esperanza de que tengamos una respuesta digna a nuestra necesidad”. La activista latina también exigió que haya licencias de conducir en Pensilvania sin importar el estatus migratorio del solicitante. Y que no se cierren los hospitales para que haya atención médica a la clase trabajadora.
“Pedimos a nuestros representantes, a la derecha y a la izquierda, que hagan su trabajo y aboguen por nosotros, que paren las deportaciones que no separen a más familias”, expresó con determinación.
Los trabajadores inmigrantes estuvieron presentes a pesar del clima hostil de la Administración presidencial, pero según algunos testimonios, menos que en otras manifestaciones similares.

