Arzobispo Nelson J. Pérez publica mensaje pastoral para las comunidades inmigrantes en toda la región de Filadelfia
Como una respuesta de la Iglesia a la reciente ola de arrestos migratorios en todo el país, incluida la región de Filadelfia, el Arzobispo de Filadelfia emitió una carta pública de solidaridad con las comunidades inmigrantes, reconociendo el temor y la angustia que han generado estas acciones y haciendo un llamado a la compasión y a una reforma migratoria justa.
En una carta pastoral difundida el pasado miércoles 23 de julio, el arzobispo condenó el impacto de las operaciones de inmigración en las familias inmigrantes y expresó su profunda preocupación por las secuelas emocionales que les dejan. “Estos eventos han afectado a la comunidad migrante de maneras muy preocupantes”, escribió. “Estoy presenciando su dolor con tristeza y consternación, al igual que muchas personas de buena voluntad en todos los ámbitos de la sociedad”.
El arzobispo de origen cubano, hijo de inmigrantes, describió los recientes acontecimientos como “especialmente desgarradores” y reafirmó el compromiso de la Iglesia de acompañar a quienes sufren.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo:
Los recientes informes noticiosos sobre arrestos de inmigrantes en todo el país, incluida la región de Filadelfia, han generado mucho temor y una amplia gama de emociones. Estos eventos han afectado profundamente a la comunidad migrante de manera preocupante. Estoy presenciando su dolor con gran tristeza y preocupación, al igual que muchas personas de buena voluntad de todos los ámbitos de la vida.
Como hijo de inmigrantes, los acontecimientos recientes me han conmovido profundamente. Hoy escribo para expresar mi solidaridad en la oración, y la de nuestra Iglesia local, con ustedes. No están solos. La Iglesia es una comunidad de fe, y la persona divina de Cristo, quien fue obligado a huir de su tierra natal siendo niño, los sostiene en sus brazos compasivos.
Como católicos, creemos que nuestra patria eterna es el cielo, y que como ciudadanos de la tierra, la dignidad de cada persona significa que todos deberían tener un lugar seguro donde vivir, con la oportunidad de trabajar por un salario justo. Muchos de ustedes vinieron a los Estados Unidos en busca de nuevas oportunidades, lejos de regímenes opresivos, y soportaron circunstancias difíciles y peligrosas para comenzar una nueva vida aquí. Su presencia y sus contribuciones a la sociedad a través del trabajo arduo y una vida recta son una bendición para nuestro país y para nuestra Iglesia. Nadie debería verse obligado a vivir con miedo a una persecución injusta.
Les animo a mantenerse cerca de los miembros de sus comunidades parroquiales y de los sacerdotes que les brindan atención pastoral.
Reconocemos que nuestro país está justamente protegido por funcionarios encargados de hacer cumplir la ley. Ellos promueven el bien común al protegernos de la trata de personas, la explotación infantil y cualquier otro delito contra la dignidad humana. Al mismo tiempo, abogamos firmemente por políticas de inmigración que garanticen la protección de la vida, la libertad y la propiedad de todos los que llaman hogar a los Estados Unidos de América, tanto ciudadanos nacidos en el país como aquellos que trabajan para obtener la ciudadanía.
Si bien no existe una solución inmediata para los desafíos que afectan la política migratoria, insto a todos en las comunidades parroquiales a unirse en oración y solidaridad social con los fieles inmigrantes bajo el liderazgo de los párrocos.
La Santísima Virgen y San José cuidaron del niño Jesús en el misterio de la huida a Egipto, y su intercesión está con nosotros hoy. Oro con ustedes y por ustedes para que experimenten la protección de Dios.
Que nuestro Señor bendiga a nuestro país con paz e inspire una reforma migratoria integral que respete la ley y ofrezca oportunidades significativas para todos los que desean llamar hogar a los Estados Unidos de América.
Sinceramente en Cristo,
Monseñor Nelson J. Pérez, D.D.
Arzobispo de Filadelfia

