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Los casos Epstein y Maxwell: Verdad, poder y la balanza rota de la justicia

Ghislaine Maxwell, cómplice de Jeffrey Epstein, aseguró que el financiero no tenía una lista de clientes durante una entrevista de dos días con el Departamento de Justicia de EE.UU, cuya transcripción fue entregada hoy a un Comité del Congreso que estudia el caso del millonario.

Es asombroso escuchar todas las mentiras que Trump y su equipo utilizan para intentar desmantelar la verdad sobre él, Epstein y, especialmente, la super reclutadora y abusadora de menores Ghislaine Maxwell.

Durante años, Trump y la derecha exigieron que se hicieran públicos los archivos de Epstein, afirmando que así se demostraría cómo los demócratas preparaban y abusaban de niños. Pero, tras ser elegido por segunda vez, Trump guardó silencio sobre el asunto.

El fuego ya se había encendido, y hasta en el mundo MAGA muchos querían saber qué había en esos archivos, con la esperanza de seguir demostrando que los villanos eran los demócratas. Se cree en muchos círculos que en esos archivos, fotos y videos hay participantes de todos los bandos y tendencias políticas. Y hasta el día de hoy siguen apareciendo más imágenes y videos que sugieren que al menos Trump sabía lo que ocurría y no hizo nada para proteger a las menores.

Como es bien sabido, fue juzgado y condenado por agresión sexual contra una mujer, y hay muchas más que lo han acusado de agredirlas sexualmente.

El Departamento de Justicia actual revisó los archivos para ver si Trump era mencionado, y encontró más de 50 referencias. Entonces el presidente comenzó a decir que Obama y el exdirector del FBI, Comey, inventaron esas mentiras y que no había nada de cierto en esos reportes. Pero si Trump tuviera razón, entonces Obama debe haber pasado demasiadas noches editando fotos de Trump con Jeffrey y las menores.

Ahora el FBI estaría tachando su nombre de cada archivo. En algún momento, algunos de los agentes que trabajaron en este asunto escribirán sus libros para ganar dinero y contarán parte de la verdad sobre cómo la Administración Trump intentó encubrirla.

Lo que resulta aún más preocupante es que el número dos del DOJ, Todd Blanche pasó dos días entrevistando a Ghislaine Maxwell, y luego la enviaron a una prisión de mínima seguridad en Texas con mejores comodidades. Esto es un abuso de la letra de la ley y debe ser investigado.

Muchas víctimas y sus abogados están protestando contra esta acción, porque envía un mensaje equivocado a los criminales y podría ser el primer paso de muchos que tome Trump para avanzar hacia un indulto o conmutación de pena. Trump ha dicho que no sabía nada ni tuvo que ver con el traslado de Ghislaine Maxwell a la prisión de Texas. Pero muchos sospechan que Trump miente y que ella no habría sido trasladada sin su aprobación. Tenemos un presidente que comenta los monólogos de los comediantes, pero ahora dice no saber lo que ocurre con el asunto más candente sobre su escritorio.

Otros depredadores y abusadores probablemente se pregunten por qué ellos no tienen derecho a ir a Texas. Al tratar así a Maxwell, la Casa Blanca está haciendo el “Taco-tango”, intentando evadir que la verdad salga a la luz. “TACO” era un apodo que le daban a Trump en Wall Street, diciendo que “Trump Always Chickens Out” (Trump siempre se acobarda).

Necesitamos que todos los que tengan una historia que contar la lleven a los medios, para que podamos hacer tropezar a Trump mientras intenta bailar rápido y lograr que olvidemos la larga y sucia historia que tuvo con Epstein, Maxwell y los otros demás hombres que formaban parte de esa cloaca de la humanidad.

Mientras tanto, la Administración Trump intenta lograr la divulgación del testimonio del gran jurado, con la esperanza de demostrar que no está implicado. Pero, como muchos saben, la información del gran jurado trata únicamente de Epstein y Maxwell.

El juez federal Paul Engelmayer no mostró ninguna simpatía por el intento de la “Administración de controlar daños, e incluso sugirió que la solicitud del Departamento de Justicia “no buscaba ‘transparencia’, sino distracción; no buscaba divulgación completa, sino la ilusión de ella”.

“Contrario a la descripción del Gobierno, el testimonio del gran jurado de Maxwell no es un asunto de significativa relevancia histórica ni de interés público… Consiste en un testimonio rutinario resumido por dos agentes de la ley. Y la información que contiene ya es, casi en su totalidad, un hecho de dominio público desde hace tiempo,” dijo Engelmayer. “Sin necesidad de revisar los materiales del gran jurado, el público puede evaluar por sí mismo las bases que el Gobierno alega para presentar esta moción”.

Al mismo tiempo, el Departamento de Justicia tiene en su poder miles de páginas de información perjudicial que podría dar a conocer. Y a esos evangélicos que aún apoyan a Trump se les debe preguntar por qué dicen que son provida y defensores de los valores familiares, pero apoyan a un hombre que probablemente fue parte de una de las mayores redes de abuso pedófilo, y no confrontan a este abusador y a sus seguidores.

La industria de la pedofilia está muy extendida, y debe ser desmantelada, y quienes participen, condenados e ingresados en prisión. Y este “Taco-tango” debe llegar a su fin.

Necesitamos su ayuda, y mientras tanto, piense en esto:

¿Qué haría usted si su hijo o hija hubieran sido abusados por Epstein y su grupo de hombres blancos adinerados?

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