Los acuerdos de las leyes presupuestarias de los estados tienen mucho del dicho “Robar a Pedro para pagar a Pablo” y es que, una vez acordado el dinero que se puede gastar, representantes y senadores pasan a negociar cómo y a qué se destina. Ahí es donde cada legislador intenta satisfacer los intereses de sus votantes, de sus representados y de su partido, lo que explica que para satisfacer a todos ellos buena parte de las negociaciones se centran en trasladar recursos de una partida del presupuesto a otra.
Ustedes han sido testigos de las negociaciones y votaciones del proyecto de ley “Grande y Hermoso” (“BBB”) que es, además de una ley presupuestaria, un recopilatorio del programa electoral del presidente Trump y que se centra en recorte de impuestos y ayudas sociales, aumento del gasto militar y de seguridad nacional y oposición a las energías renovables (“verdes”).
El presidente Trump dijo que “Es un gran proyecto de ley donde hay algo para todos y creo que va a funcionar muy bien (…)”.
Los republicanos de la Cámara de Representantes impulsaron el proyecto de ley de recortes fiscales y de gastos de 4,5 billones de dólares del presidente Donald Trump hacia su aprobación final en el Congreso el jueves, superando múltiples contratiempos para aprobar su paquete de políticas, emblemático de su segundo mandato, antes de la fecha límite del 4 de julio.
La ajustada votación de 218-214 tuvo un costo político potencialmente alto, y dos republicanos se unieron a todos los demócratas en oposición. Los líderes del Partido Republicano trabajaron durante la noche y el propio presidente presionó a un puñado de escépticos para que abandonaran su oposición y enviaran el proyecto de ley para que él lo firmara y lo convirtiera en ley. El líder demócrata Hakeem Jeffries de Nueva York retrasó la votación al mantener la palabra durante más de ocho horas con un discurso récord en contra del proyecto de ley.
EL ESTIRE Y AFLOJE
Pero no todos los que han votado en las cámaras piensan como él: el proyecto fue aprobado por la mínima en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos el 8 de mayo por un solo voto de diferencia (215 votos a favor frente a 214 en contra). Al ser modificado y votado en el Senado el 1 de julio, se obtuvo empate disuelto por el voto del vicepresidente J.D. Vance (51–50). Tres de los 53 senadores republicanos se opusieron a la ley.
Y de nuevo a votación a la Cámara de Representantes, porque la versión aprobada por el Senado difiere de la previamente aprobada por los congresistas. Esta cámara (donde los republicanos poseen mayoría mínima), ha revisado, votado y aprobado nuevamente el proyecto de ley en la madrugada del 3 de julio, bajo la presión de que el presidente quería firmar la ley el 4 de julio, y amenazas del presidente de el costo en las urnas de no apoyarlo.
“¿¿¿A qué están esperando los republicanos??? ¿¿¿Qué intentan demostrar???”, escribió Trump en una publicación en redes sociales pasada la medianoche. También advirtió claramente sobre las consecuencias políticas del retraso “¡COSTÁNDOLES VOTOS!!!”
El asunto es que este proyecto de ley, es tan grande (si consideramos su volumen 960 páginas), como impactante, ya que incorpora múltiples disposiciones que afectan a la política migratoria, gasto social, sistema tributario, educación superior, medio ambiente y energía, entre otros.
Lo primero que hace la inminente ley, es aumentar la deuda pública (déficit federal), en 3.3 billones, por lo tanto, se eleva a un total de 5 billones (según estimaciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO)). Algo que se hace para evitar impagos, ya que los recortes fiscales que realiza, y otros en diferentes sectores económicos repercuten en la deuda, y que no ha gustado en absoluto al ala más conservadora del partido republicano.
Para aliviar el déficit, Trump presionó semanas atrás a la Reserva Federal para reducir intereses al 1%, pero el organismo desestimó sus peticiones y mantuvo los tipos de interés. Trump apuesta porque la rebaja fiscal estimulará el crecimiento económico y compensará la pérdida de ingresos.
El presidente promete en Truth Social que “Nuestro país hará una fortuna este año, más que cualquiera de nuestros competidores ¡pero solo si se aprueba la Gran y Hermosa Ley!
UN HOYO PARA TAPAR OTRO
Y con el montante de lo que se puede gastar, comienza el baile de números, algunos ejemplos de ese “Robar a Pedro…” es la reducción del gasto en seguridad social (recorte de aproximadamente $1,000 millones del gasto federal en Medicaid y Ley de Cuidado de Salud a Bajo precio a lo largo de una década que implicará según algunos cálculos, que alrededor de 8.6 millones de personas se queden sin cobertura sanitaria aumentando hasta 12 millones en 2034), “…para darle a Juan”, El proyecto de ley también proporciona 350.000 millones de dólares para la defensa y la aplicación de las medidas migratorias de Trump.
Don Moynihan, professor de política pública, señala que “ambos partidos están generalmente dispuestos a aumentar el gasto en defensa” en lo que varían es “tanto en el destino del dinero como en su uso”.
A propósito, si es usted residente de Pensilvania, debe saber que los recortes federales a Medicaid y la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA) en su estado podrían dejar a medio millón de residentes sin seguro médico, al no poder costear la cobertura o no haberse reinscrito. Se espera además que otras 300,000 personas pierdan Medicaid por no poder cumplir con los nuevos requisitos regulatorios.
En Delaware, según datos de la representante en Washington, Sarah McBride, más de 40,000 personas podrían perder Medicaid. En una reciente comparecencia en el Congreso, Mc Bride señaló que “más del 40% de los hospitales rurales a nivel nacional ya operan con pérdidas y dependen de la financiación de Medicaid para mantenerse abiertos. Si el presupuesto propuesto por el Partido Republicano se convierte en ley, forzaría despidos, reduciría servicios críticos y provocaría el cierre de centros de atención en zonas rurales”.
SE ABREN MÁS GRIETAS
El recorte de impuestos favorecerá proporcionalmente a los que más pagaban, y como eso significa menos ingresos, para compensar también se recortan, por ejemplo, proyectos como los de la llamada “energía verde”. Algo que ha enfadado bastante a Elon Musk (que cuenta con empresas enfocadas en este tipo de energía), que ha señalado en su red social X que “¡Todos los miembros del Congreso que hicieron campaña para reducir el gasto público y luego votaron inmediatamente por el mayor aumento de la deuda de la historia deberían avergonzarse! Y perderán sus primarias el año que viene, aunque sea lo último que haga en este mundo”. También tuiteó sobre la creación de un tercer partido político: “Si se aprueba este descabellado proyecto de ley de gastos, el Partido América se formará al día siguiente. Nuestro país necesita una alternativa al unipartido demócrata-republicano para que la gente realmente tenga VOZ”.
Ante esos tweets, Trump fue preguntado sobre una posible deportación de Musk (nacido en Sudáfrica), a lo que respondió “No lo sé. Tendremos que analizarlo”.
Para María Antonieta Cádiz, directora ejecutiva adjunta de Climate Power in Action “esta ley ataca directamente el futuro nuestra comunidad” ya que elimina créditos fiscales para la energía limpia “poniendo en riesgo más de 400,000 nuevos empleos bien remunerados en la industria manufacturera—trabajos de los que dependen muchas familias latinas para salir adelante”.
A APRETARSE EL CINTURÓN
Un viejo dicho apunta que “con las cosas de comer no se juega” y también el capítulo de alimentación se verá impactado porque el recorte que afecta a miles de millones en gasto social, también incluye la reducción de ayuda para el programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) que se estima dejarán de recibir tres millones de personas en todo el país.
Para muchos residentes en Estados Unidos, son precisamente estas ayudas sociales, las que les permiten superar adversidades personales, médicas, etc., y “reengancharse” a la sociedad, que cada vez se parece más a una “montaña rusa social”, en la que la enfermedad de una persona puede significar la ruina para toda su familia.
Sin embargo, para Trump los números son otros. Él señala son menos los millones de personas que se estima podrían perder el acceso a Medicaid y que solo recortará el “despilfarro, fraude y abuso” dentro de ese plan.
En 2024, 37.9 millones de personas vivían en situación de pobreza, esto representa aproximadamente el 17.8% de la población. De estos, 15.3 millones son niños, lo que significa que 1 de cada 5 niños vive en inseguridad alimentaria.
A LO QUE LE APUESTAN
En el evangelio de Mateo, Jesús afirma: «Donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón», y los republicanos que solían defender a toda costa la reducción de la deuda, ahora seden a compromisos que parecen revelar sus prioridades.
También los préstamos estudiantiles perderán recursos en favor del aumento de $150,000 millones para el gasto militar, incluyendo inversiones en la industria naval y el escudo antimisiles “Cúpula Dorada”. Para el capítulo de deportaciones y ampliación del muro en la frontera sur destinará $175,000 millones.
El BBB también incluye la “cuenta Trump”, un fondo con $1,000 públicos para cada recién nacido, bonificación por la compra de vehículos fabricados en Estados Unidos, deducciones para jubilados, eliminación de impuestos sobre las propinas y horas extra de trabajo, reducción de impuestos a las remesas al 1% si es en efectivo y eliminación si es por transferencia, y consolidación de los recortes fiscales de 2017 (aparte del mencionado recorte de impuestos con especial atención a las empresas y a las rentas altas).
Es decir, se consolida la agenda de los privilegiados MAGA, ¿pero para la clase trabajadora que les creyó el cuento?
Según Trump cada familia estadounidense ahora tendrá $10,000 más al año, sin embargo para los que están bajo el índice de pobreza esa cifra no aplicaría, y para los que en el supuesto que si los obtendrá, ¿será ese dinero suficiente para afrontar el cuidado de salud anual que pueda precisar esa misma familia?

