Para evitar la propagación de la gripe española, los barberos de Cincinnati llevan máscaras. Exposición en línea: The Deadly Virus: The Influenza Epidemic of 1918 (Foto de archivo: Catálogo Nacional de Archivos Identificador 45499317)

Filadelfia, PA – El Presidente Donald Trump declaró una emergencia nacional de salud pública el día 13 de marzo de este año; la razón, el brote del COVID-19 en los Estados Unidos. Desde entonces, la cuarentena nos obligó a cambiar nuestro ritmo de vida y confinarnos, 16 semanas, en nuestras respectivas moradas. En este tiempo, la economía mundial se detuvo y el bullicio de una vida agitada se quebró ante el dominio de un enemigo invisible y silencioso: El Coronavirus.

El caos ante lo desconocido

A la mayoría de las personas, el desconocimiento de protocolos de salubridad a nivel local, estatal, nacional y global ante una pandemia los inmovilizó. Hasta ese entonces, la alusión histórica a la pandemia de gripe del año 1918 marcó un punto de referencia sobre intervenciones, no farmacéuticas, para su control. Cuarentena, aislamiento, higiene personal, uso de desinfectantes, y limitaciones de reuniones públicas se aplicaron para vigilar, y contener, la propagación de este virus; asimismo, estas mismas medidas se adaptaron al control del COVID-19 apelando a la conciencia cívica de las personas para una retención colectiva de la pandemia.

¡Las Vidas Negras Importan! ¡Vivienda hora! Personas sin hogar viviendo en el nuevo campamento improvisado de Parkway entre Benjamín Franklin Parkway y la calle 22. (Foto: Mary Luz Marques)

¿Qué surgió del fondo del iceberg? 

Un reflejo de la inequidad social y económica de nuestra sociedad en proveer sistemas y estrategias de acceso equitativo. La pregunta difícil: ¿Qué recursos estamos proveyendo a la comunidad más marginada y cómo estamos respondiendo a sus necesidades básicas en alimentos, vivienda, salud, educación y trabajo? A esto se aúne la falta de acceso a plataformas digitales y de servicio a la internet, de manera continua y de bajo costo, a las personas de escasos recursos –aunque muchas de las compañías de servicio de internet, proveyeron paquetes básicos de bajo, o sin costo, todavía existen muchas personas que no cuentan con este servicio esencial– sin embargo, las diferencias digitales abrieron una brecha grande, no solo de desigualdad al acceso de la información; sino también, de conocimiento y manejo de plataformas digitales. 

¿Cómo mitigar el COVID-19?

Liderazgo para crear un plan de estrategia nacional de impacto colectivo que movilice una sola visión: ¡Compromiso! La urgencia por poner los intereses económicos, por encima de la salubridad pública puede tener un costo muy alto. Las estadísticas indican un continuo aumento de pacientes con el coronavirus, y los hospitales están llegando, una vez más, a su capacidad máxima de servicio.

¡Mantenga nuestros parques seguros! Corredor Benjamín Franklin Parkway. (Foto: Mary Luz Marques)

Las secuelas de la inequidad

¿Y cómo lidiar con el trauma individual por la inequidad de accesos a servicios básicos? ¿Y el trauma colectivo de nuestras comunidades? ¡Los invito a reflexionar y a tomar una acción cívica de cambio, y equidad, en esta emergencia de salubridad global!
Contacto: LinkedIn @maryluzmarques
Twitter @maryluz_marques

2 COMENTARIOS

  1. ESTA PANDEMIA TRAJO Y DEJARÁ MUCHAS SECUELAS EN CADA PERSONA….
    NO ESTAMOS EDUCADOS ….Y DIFICIL QUE ENTIENDAN DE LO Q PASA….
    ROGUEMOS QUE PASE PRONTO Y SEA ENSEÑANZA PARA UN FUTURO.

    • Necesitamos de un «liderazgo para crear un plan de estrategia nacional de impacto colectivo que movilice una sola visión: ¡Compromiso!» Gracias por tu comentario, María Elena.

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