Fotografía de archivo del reflejo en un ojo del logo de la red social Facebook. EFE/Joédson Alves/Archivo

El agotamiento político del electorado

Durante las últimas semanas, el ambiente político ha estado cargado de mensajes incendiarios, ambivalentes y opuestos. Los debates presidenciales entre los candidatos Donald Trump y Joe Biden, tuvieron como objetivo presentar las propuestas de campaña para el electorado; sin embargo, la retórica de cada uno de ellos dejó en claro que el país está más polarizado que nunca y viviendo un turbulento huracán entre la ficción y la realidad.

Los golpes bajos del primer debate

El presidente Trump ha demostrado que su estilo lingüístico se parece más a un encuentro de boxeo. Su lenguaje es temperamental; dejando entrever, un código morse en la semántica de sus expresiones. La frase dirigida a los “Chicos orgullosos” (‘Proud Boys’) de “retrocede y espera” (‘stand back, stand by’) demuestra su inhabilidad de medir el peso político, y social, de sus palabras. Estos peligrosos mensajes de alerta, y ataque, instalan en la población un ambiente tenso y de desconfianza.

Entre la ficción y la realidad del COVID-19

En este segundo encuentro, cada contrincante llevó a su esquina la discusión política y el mensaje unilateral de sus campañas electorales. Como se sabe, el presidente Trump no quiso participar de un debate virtual. La polémica estaba dirigida a la poca información objetiva sobre su último examen de COVID-19 antes del primer debate presidencial. Con esta cortina de humo, los televidentes tuvieron que navegar los canales de televisión, como un juego de ping pong, para poder escucharlos de manera separada. El tema ausente, dentro de las propuestas republicanas, fue el control de la pandemia. ¡El gran perdedor fue el electorado!

El lobo vestido de cordero

En este último debate los telespectadores pudimos escuchar las propuestas electorales con un tono más pausado y con pocas interrupciones. El candidato republicano mostró una personalidad opuesta a la que se le conoce día a día. En este marco mencionó, que la pandemia estaba casi “a la vuelta de la esquina” (‘rounding the corner’) con un tono mesurado. Sin embargo, esta afirmación es contrarrestada con las estadísticas oficiales las cuales muestran que más de 225,000 mil personas han muerto por COVID-19. La falta de liderazgo es el resultado de este fracaso. No existe por parte del gobierno actual un plan de salubridad colectiva que conlleve a un solo mensaje: El uso de tapabocas y promover la distancia social como medidas de mitigación.

¡Su voz, su voto!

El rumbo histórico de esta nación está en sus manos. ¡Salga a votar! 

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