El presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump, llega a la Casa Blanca en Washington, DC (EE. UU.). EFE/ Olivier Douliery / Archivo

El Donald Trump atacó a la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, horas después de que más de una docena de personas vinculadas a una milicia de extrema derecha fueran detenidas y acusadas de planear el secuestro y posible asesinato de la dirigente demócrata.

Trump, que criticó el «trabajo terrible» de Whitmer durante la pandemia, se atribuyó el mérito de haber descubierto el complot contra la gobernadora, a la que además acusó de «desagradecida».

Los ataques del presidente a Whitmer se produjeron después de que ésta criticase sin nombrarlo al presidente por no haber rechazado de manera categórica la violencia de los grupos de ultraderecha durante los recientes disturbios raciales en todo el país, en línea con el candidato presidencial demócrata, Joe Biden.

«La gobernadora Whitmer de Michigan ha hecho un trabajo terrible. Cerró su estado para todos, excepto para las actividades de navegación de su esposo. El Gobierno federal brindó una gran ayuda a la gran gente de Michigan», tuiteó Trump aludiendo a unas declaraciones del marido de la gobernadora.

«Mi Departamento de Justicia y la Policía Federal anunciaron hoy que frustraron un peligroso complot contra la gobernador de Michigan. En lugar de dar las gracias, ella me llama supremacista blanco, mientras que Biden y los demócratas se niegan a condenar a Antifa, los anarquistas, los saqueadores y las turbas que incendian ciudades gobernadas por demócratas», continuó Trump.

El presidente continuó su alegato. «No tolero NINGUNA violencia extrema. ¡Defender a TODOS los estadounidenses, incluso a los que se me oponen y me atacan, es lo que siempre haré como su presidente!».

Y terminó instando a Whitmer: ¡abra su estado, abra sus escuelas y abra sus iglesias!», escribió, aunque tanto los colegios como los templos de ese estado no están cerrados, según el periódico local Detroit Free Press.

Un tribunal federal de Michigan acusó a seis personas formalmente este jueves de conspirar para cometer el secuestro de la gobernadora y de otros funcionarios, con lo que se enfrentan a una condena de cadena perpetua.

Paralelamente, el estado de Michigan imputó delitos relacionados con terrorismo a otro grupo de siete miembros de la milicia «Wolverine Watchman», una organización con ideas ultraderechistas que fue infiltrada por el Buró Federal de Investigaciones (FBI).

Los miembros de la milicia habían adquirido armas, realizado vigilancias a la gobernadora en su domicilio y se habían entrenado para secuestrarla o asesinarla junto a otros miembros del gobierno estatal de Michigan antes de las elecciones del 3 de noviembre.

Según dijo en rueda de prensa la fiscal general de Michigan, Dana Nessel, los acusados pertenecían a la milicia «Wolverine Watchman», tenían la intención de instigar una guerra civil en el país y se enfrentan a cargos relacionados con terrorismo y conspiración para cometer un secuestro.

Whitmer ha sido el objeto de críticas por parte de grupos conservadores y milicias de ultraderecha desde que decidió imponer el cierre de la actividad comercial y las aglomeraciones en el estado como medidas de contención de la pandemia de la COVID-19.

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