Un día después de enterrar a su hijo Tommy, el legislador demócrata Jamie Raskin vio cómo una horda de radicales irrumpía en el Capitolio de EE.UU. y ponía en peligro la vida de una de sus hijas y de su yerno, que habían decidido acompañarle ese día al trabajo.

Raskin lidera hoy la acusación del segundo juicio político («impeachment») contra el ya expresidente Donald Trump, el primer mandatario en afrontar dos de esos procesos.

En un emotivo discurso, Raskin recordó hoy cómo su hija más joven, Tabitha y su yerno Hank, que está casado con otra de sus hijas, le acompañaron el 6 de enero al trabajo para que no se sintiera solo después del funeral de Tommy, de 25 años y que se suicidó el día de Nochevieja.

«Fue el día después de que enterráramos a su hermano, a nuestro hijo Tommy, el día más triste de nuestras vidas», recordó.

Cuando llegó al Congreso el 6 de enero, el legislador fue recibido con una ovación de pie de demócratas y republicanos.

Su hija y su yerno estaban en la parte de arriba del hemiciclo, en la zona reservada al público, y pudieron oír desde ahí cómo Raskin hacía un llamado a la unidad y pedía que el Congreso cumpliera su misión de ratificar formalmente la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales de noviembre.

Una vez que Raskin acabó su discurso, su hija y su yerno fueron traslados a la oficina de otro congresista de Maryland, Steny Hoyer.

«Para cuando supimos qué estaba pasando -recordó hoy-, ya era demasiado tarde. No podía llegar adonde ellos estaban para estar con ellos, en esa oficina, todo el mundo alrededor de mí estaba llamando a sus esposas y sus maridos, a sus seres queridos, para despedirse».

SUSURROS PARA DESPEDIRSE

Ante la llegada de los asaltantes, según Raskin, su hija, su yerno y su jefe de gabinete permanecieron escondidos en la oficina de Hoyer.

«Los niños se escondieron debajo del escritorio y comenzaron a escribir lo que creían que serían sus últimos mensajes, susurrando al teléfono en llamadas para despedirse. Creían que iban a morir», recordó mientras el Senado se quedaba en silencio.

Lo único que podía oírse era a Raskin pasando las hojas de su discurso.

En un momento especialmente emocionante, el demócrata recordó que una vez que pudo reunirse con su hija y su yerno, les abrazó y les pidió perdón por lo que acaba a de ocurrir.

«Le dije a mi hija Tabitha, que tiene 24 años y es una excelente profesora de álgebra, le dije que no volvería a ser así la próxima vez que ella viniera el Capitolio conmigo y, ¿sabéis lo que me dijo? Me dijo, papá, no quiero regresar al Capitolio».

Raskin terminó esas palabras con dificultad, visiblemente emocionado, con la voz quebrada e intentando limpiarse las lágrimas mientras trataba de recuperar el habla.

«ESTE NO PUEDE SER NUESTRO FUTURO»

Esas palabras de su hija fueron lo que «más impactó» a Raskin, quien también dijo haberse sentido especialmente perturbado al ver las imágenes de los manifestantes que «torturaron» y golpearon repetidamente con una bandera estadounidense a uno de los policías del Capitolio.

Raskin aprovechó para describir en detalle lo sucedido durante el asalto, cuando cinco personas perdieron la vida, entre ellas un policía.

«Hay gente que murió ese día. Agentes que han terminado con daños en la cabeza y con daño cerebral. Hay gente que ha perdido la vista. Un policía tuvo un ataque al corazón, otro policía perdió tres dedos ese día. Dos agentes han acabado con su propia vida», enumeró Raskin mientras su voz se rompía de nuevo.

«Senadores, este no puede ser nuestro futuro. Este no puede ser el futuro de Estados Unidos», suplicó.

GANA LA ATENCIÓN DE UNOS REPUBLICANOS DISTRAÍDOS

El discurso de Raskin ganó la atención de algunos miembros de la bancada republicana, como Lindsey Graham, John Barrasso y John Cornyn, que pasaron el día intercambiando notas y revisando documentos, pero pararon para prestar atención cuando el legislador demócrata comenzó a hablar.

Cuando terminó su discurso, Raskin fue recibido por varios senadores demócratas, incluido Alex Padilla de California y Richard Blumenthal, de Connecticut, quienes se llevaron la mano al corazón en señal de reconocimiento.

De 58 años, Raskin fue elegido para el Congreso en 2017 y anteriormente fue profesor de Derecho Constitucional durante más de dos décadas en la prestigiosa American University, lo que le convierte en una figura ideal para liderar la acusación contra Trump.

El legislador ejerce como líder de los nueve «fiscales» del juicio político que tradicionalmente son propuestos por el jefe de la Cámara Baja, en este caso la demócrata Nancy Pelosi.

Raskin, además, es uno de los autores principales de acusación formulada por la Cámara Baja y que responsabiliza a Trump de haber «incitado a la insurrección» durante el asalto al Capitolio.

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