Al cierre de esta edición, los mercados bursátiles mundiales muestran un panorama mixto, con predominio de subidas en Europa y Asia, mientras que algunos índices americanos y latinoamericanos presentaban ligeras caídas.
Europa lidera las subidas, impulsada por buenos datos económicos y estabilidad política, seguida de China y Corea del Sur.
Del otro lado del mundo el recién firmado proyecto de ley del presidente Donald Trump, denominado One Big Beautiful Bill (OBBBA), enfrenta una fuerte reacción pública, con nuevas encuestas que muestran que su índice de aprobación ha caído por debajo del nivel de desaprobación apenas días después de convertirse en ley.
Según una nueva encuesta de YouGov/The Economist, realizada del 4 al 7 de julio entre 1,528 adultos, solo el 35 % lo apoya. La oposición ha aumentado 10 puntos porcentuales desde abril, cuando se presentó el plan. En comparación, tras la aprobación del presupuesto de Trump en su primer mandato en 2017, la opinión pública estaba más dividida: 41 % en contra y 28 % a favor.
Una encuesta de Quinnipiac, realizada del 22 al 24 de junio, halló que el 55 % de los estadounidenses se oponen. Un sondeo de Fox News del 13 al 16 de junio mostró una oposición aún mayor: 59 %. Por su parte, una encuesta de KFF, del 4 al 8 de junio, registró el mayor rechazo, con un 64 % en desacuerdo con la legislación.
La Oficina de Presupuesto del Congreso estima que la ley aumentará el déficit federal en 3.4 billones de dólares durante los próximos 10 años, aunque tanto los republicanos como la Casa Blanca cuestionan esas cifras.
La encuesta de YouGov arrojó algunas pistas sobre los motivos de esta oposición: el 52 % de los estadounidenses —el 80 % de los demócratas y el 22 % de los republicanos— cree que el déficit presupuestario federal aumentará a raíz de la ley. Solo el 11 % cree que se mantendrá igual y un 19 % opina que disminuirá.
Cuando se les preguntó cómo afectará el presupuesto a los estadounidenses comunes, el 52 % respondió que espera que los perjudique «mucho» o «un poco». Solo el 28 % piensa que el plan ayudará, y un 9 % considera que no tendrá gran impacto. En cuanto al efecto personal, el 42 % cree que el presupuesto perjudicará a su familia, el 24 % espera beneficiarse y el 18 % dice que no les afectará demasiado.
Uno de los puntos más polémicos es el impacto que tendrá sobre Medicaid. El 67 % de los estadounidenses cree que disminuirá el financiamiento al programa, mientras que solo el 6 % piensa que aumentará. Los republicanos son menos propensos que los demócratas a prever recortes: 49 % frente a 87 %.
Los cambios en el financiamiento de Medicaid incluidos en la ley no entrarán en vigor hasta 2028.
Según nuevas estimaciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso, la ley recortará aproximadamente 1.1 billones de dólares en gastos de salud y hará que 11.8 millones de personas pierdan su cobertura médica de Medicaid en la próxima década.
Según la ley, los adultos de entre 19 y 64 años deberán trabajar al menos 80 horas al mes para poder acceder a la cobertura de Medicaid, salvo que cumplan con ciertas excepciones. Estarán exentos quienes tengan hijos a su cargo o presenten determinadas condiciones médicas.
Al igual que Medicaid, el programa SNAP también sufrirá modificaciones. También se endurecen los requisitos laborales para SNAP. Antes, los adultos debían trabajar hasta los 54 años para mantener los beneficios, salvo que fueran padres con dependientes. Ahora, el límite de edad se ha elevado a 64, y solo están exentos los padres con hijos menores de 14 años.
Bajo la nueva ley, el gobierno federal seguirá financiando SNAP, pero a partir de 2028, los estados tendrán que compartir parte del costo si su tasa de error en pagos supera el 6 %. Los estados con una tasa muy alta (13.34 % o más) podrán retrasar esta obligación dos años adicionales.
Sin embargo, la encuesta indica que hay poco apoyo popular para recortar programas sociales importantes. Muy pocos estadounidenses respaldan reducir o eliminar el financiamiento a programas como el Seguro Social, Medicare, Medicaid o SNAP. El mayor nivel de apoyo a algún recorte es del 20 %, en relación con SNAP. En cambio, la mayoría apoya aumentos de financiamiento para el Seguro Social (61 %) y Medicare (56 %), y casi la mitad (49 %) también quiere más fondos para Medicaid.
No obstante, mientras muchos desean proteger Medicaid, existe un apoyo bipartidista más amplio a endurecer los requisitos de elegibilidad. El 51 % apoya imponer requisitos laborales a adultos sin hijos ni discapacidades para recibir Medicaid, frente al 33 % que se opone.
Los datos subrayan cuán divididos siguen los estadounidenses en torno al sistema de salud. Más personas tienen una visión desfavorable (56 %) que favorable (33 %) del sistema.
La mayor satisfacción se encuentra entre quienes tienen cobertura por Medicare (49 %) o Medicaid (47 %), porcentajes considerablemente más altos que entre quienes tienen seguros patrocinados por empleadores (29 %).

