La enfermera Theresa Ogunjimi descansa por un momento dentro de una unidad de enfermedad por coronavirus en el United Memorial Medical Center, en Houston, EE. UU., el 12 de diciembre de 2020.

LAS VEGAS, EE.UU. – Las salas de emergencia siguen llenas con pacientes de coronavirus, pero a estos ahora se suma otro grupo que podría formar parte de lo que muchos expertos llaman una segunda pandemia: la de las enfermedades mentales ocasionadas por el COVID-19.

“Cuando una persona tiene miedo a morir o teme por su vida o la de sus seres queridos eso puede generar un estrés post-traumático. En ese momento, en ese día, no; sino que los efectos vienen después”, explicó a la Voz de América Margarita Romano, psicóloga basada en Las Vegas.

De acuerdo con la Alianza Nacional de Enfermedades mentales (NAMI, por sus siglas en inglés) el impacto del COVID-19 en la salud mental de los estadounidenses es incalculable. Un estudio realizado por los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) indica que antes de la pandemia 1 de cada 5 personas padecía de algún tipo de enfermedad mental, pero en los últimos meses ese número asciende a más de 2 de cada 5.

Los CDCencontraron un aumento en los casos de depresión y ansiedad, al igual que desórdenes relacionados con el estrés, abuso de sustancias y de contemplación del suicidio. Un 10,7% de las personas encuestadas dijeron que habían considerado acabar con sus vidas en los últimos 30 días antes de que completaron la encuesta.  

 Los efectos de la pandemia generan otra pandemia en la salud mental»
Margarita Romano, psicóloga

Romano lo explica con un juego de palabras sencillo de entender. “Los efectos de la pandemia generan otra pandemia en la salud mental, que se llama trauma por la pandemia”, señala la experta.

Además de la ciudadanía en general, uno de los grupos más afectados por esa oleada de enfermedades mentales son precisamente los médicos, enfermeras y personal de primera línea que atiende a pacientes de COVID-19.

Expertos en salud mental y salud pública aseguran que el ver morir gente a diario, mientras se trabaja en condiciones extremas, genera un daño en estos profesionales, del que aún no se conoce la verdadera extensión y, lo peor, coinciden todos, es que para las enfermedades de salud mental, no existe una vacuna. 

Un estudio realizado por la oenegé Mental Health America encontró que un 86% de los trabajadores sanitarios reportaron estar sintiendo ansiedad y un 77%, frustración.

“Los trabajadores de la salud también están experimentando condiciones que se han comparado con una zona de guerra, presenciando continuamente los efectos directos de la pandemia a medida que se propaga por las comunidades”, escribió la ONG en el reporte.

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