Filadelfia, PALa difícil situación al final del siglo XX en el Perú y el saber que podría aprender mi tercer idioma, fueron mis principales motivaciones para venir a este país y buscar nuevos horizontes. El plan era quedarme 6 meses, pero ya han pasado ¡20 años!

Desde muy pequeña siempre tuve una pregunta que rodaba mi cabeza ¿para qué estoy aquí?, quizás fue porque nací a las 24 semanas, y aunque eso me dejó una secuela, sobreviví.

Caminé después de los 2 años, luego de mucha terapia física que se prolongó hasta mi adolescencia, así aprendí que la vida era para lucharla. Mi etapa escolar no siempre fue grata, porque nadie estaba listo para tener en su clase a una alumna y compañera de estudios con necesidades especiales. Sin embargo, la escuela siempre fue un lugar fascinante para mí, me encantaba leer y aprender idiomas, con sólo 8 años soñaba con ser maestra de educación pre-escolar. Ser admitida para la carrera en el magisterio fue otro reto por mi condición médica, pero no sólo logré ingresar, sino que alcancé el puntaje más alto de la promoción entrante. Tuve que buscar oportunidades para seguir creciendo en mi profesión, no era fácil encontrar trabajo para alguien que se veía ¨diferente a los demás¨

Enseñando a través de la música infantil con niños en Lima-Perú. C. Marcet

Un lugar donde si me sentía yo misma, donde me aceptaban tal cual era y siempre recibí el apoyo que necesité, fue la YMCA del Perú, donde inicié bastante joven como voluntaria, y lo dejé hasta que viajé. Mi emoción era grande porque no sabía a ciencia cierta lo que me deparaba el destino; lo supe hasta mucho después, cuando entendí que había estado capitalizando experiencia comunitaria y estudios para tener herramientas con que empezar en este bello país.

Clase de origami con pre escolares en programa de verano en Lima Perú. C. Marcet

Con poco más de un año en esta ciudad, me ofrecieron ser terapista de niños de cero a tres años de educación especial. Me entrevistó la dueña del centro, y recuerdo haberle dicho ¨yo no tengo esa experiencia, creo que me equivoqué al venir aquí¨ pero ella firmemente me dijo, ¨tú tienes algo que en mi compañía no tenemos: hablas tres idiomas y eres de la comunidad a la cual servimos, tú no lo sabes, pero de educación especial sabes mucho¨.  Le respondí ¨si esto no es para mí, en un mes me voy¨. Tenía dudas, los recuerdos de mi infancia afloraban, y también las palabras de mis mentores en Perú que alguna vez me aconsejaron especializarme en niños con necesidades especiales, algo que en ese momento desestimé. Aquí estaba otra vez enfrentando estos sentimientos de no saber qué iba a pasar, pero esta vez hubo algo distinto, había alguien que creía en mí, en mi capacidad profesional más que en como lucía físicamente. Desde aquel día a inicios del 2003 supe que realmente este es el país de las oportunidades, donde puedes ser tú mismo, donde te valoran por lo que sabes, no por tu edad ni por cómo te ves.  Empecé con incertidumbre y me arriesgué. Desde el primer día traté de tomar cuanto curso pude para entrenarme y para mi sorpresa algunos eran gratis dentro del programa de actualización profesional para los terapistas. Esto me dejó boquiabierta al inicio, aprender y sin pagar un centavo ¡Qué maravilla!  Recuerdo grabar las conferencias y clases para oírlas una y otra vez para entenderlas, no sólo era información nueva sino en inglés. El diccionario era mi fiel compañero.

Conferencia para padre y terapistas en filadelfia . C. Marcet

La mayoría de las familias que atendía como terapista eran latinas, pero recuerdo tener una lista de frases comunes en inglés para poder escribir correctamente después de cada sesión, el informe que los padres de familia debían firmar.

Programa de mamás y bebés en el Sur de Filadelfia. C. Marcet

¡Aquí sí se puede!

No es fácil encontrar el lugar para crecer y desarrollarte, pero si aprovechas las oportunidades y tienes la verdadera pasión para aprender, aquí es si puedes lograr el éxito. En nuestros países es casi imposible cuando tienes que librar violencia, hambre y aún más explotación, racismo y clasismo.

Cada 4 de Julio celebro no sólo el servir a familias migrantes que tienen un niño con necesidades especiales, que viven  las  experiencias y tienen las preguntas que algún día tuvieron mis padres, sino celebro sobre todo el entender mi propia condición, algo que nunca nadie en Perú me explicó a cabalidad, celebro el poder desempeñarme como supervisora de un fantástico grupo de terapistas, ser capacitadora y defensora de los derechos de la personas como yo, pero lo más importante es que celebro el haber encontrado mi verdadera misión de vida.

Bilingual Educational Services
Petymarcet@gmail.com 267 970 4848

1 COMENTARIO

  1. Me consta todo lo expresado por mi querida ahijada Carmen Marcet y estoy orgulloso de ella. Éxitos en tus noble propósitos hija mía. Tu padrino Lucho

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