Manifestantes de oposición al gobierno se enfrentan a la policía en Lima, Perú, el martes 24 de enero de 2023. Las protestas buscan un adelanto electoral inmediato, la renuncia de Boluarte, la liberación del presidente destituido Pedro Castillo y justicia por los manifestantes muertos en enfrentamientos con la policía. (Photo: AP/Martín Mejía)

Buenos Aires, Argentina- Cuando todo parecía estar tranquilo con la destitución del presidente José Pedro Castillo Terrones por “Incapacidad moral permanente” y la asunción de Dina Boluarte como nueva presidente de la Nación, el pueblo de Perú se volcó a las calles en lo que han dado en llamar “La Toma de Lima” con la que exigen la renuncia de la flamante mandataria y el llamado a elecciones generales para renovar el Poder Ejecutivo y el Congreso.

Hace unas semanas, desde estas mismas páginas, hablábamos de lo que era “Vox Populi” en las calles peruanas y que se refería a que Boluarte “todo le quedaba grande” y lo que para unos pocos resultó el remedio más cercano para calmar los dolores; finalmente resultó un placebo que no consiguió terminar con la enfermedad, al contrario.

Es así como cientos y cientos de personas, especialmente de las postergadas regiones del sur andino, se movilizan por las calles de Lima, a pesar de que los expone a graves consecuencias. Heridos, detenidos y un sinnúmero de incidentes se replican en distintas zonas, sobre todo en los alrededores de la famosa plaza San Martín, lugar siempre elegido para todo tipo de manifestaciones populares.

Iguales secuelas se han vivido en los distritos de Miraflores, San Isidro, Puno, Huánaco, Cusco y Tacna, donde se provocaron incendios en icónicos edificios oficiales, con pérdidas millonarias; además de los  efectos personales y que se refieren a la inmensa cantidad de heridos y detenidos.

El secretario de la Confederación General de Trabajadores del Perú, dijo que las marchas continuarán y que “Todas y cada una de las regiones del país no regresarán a su lugar de origen mientras no renuncie Dina Boluarte”

Pero nada es nuevo; Perú mantiene una constante con esto de los desequilibrios de los gobernantes de turno, y sin ir más lejos, hace apenas unos meses se produjo el estallido que desencadenó en la salida abrupta de Pedro Castillo; movida que dejó un saldo lamentable y poco verificable de muertos. Como de costumbre, el egoísmo de los políticos y el desprecio hacia los habitantes del suelo patrio, provocan estos cócteles de ira donde siempre los perdedores son los mismos.

Lamentablemente, este tipo de situaciones se están volviendo habituales en Latinoamérica y están conspirando sin dudas con las economías regionales en beneficio de los poderosos mundiales, que aprovechan para ponerse la servilleta en el cuello, para comerse y conquistar en sobremesa a los países subdesarrollados.

En medio de la crisis, la presidenta Dina Boluarte dijo que “El gobierno está firme y su gabinete más unido que nunca” y denunció que los manifestantes persiguen intereses mezquinos.

Corren los días y la calma no aparece, al contrario, a cada hora una nueva noticia revoluciona lo ya revolucionado.  

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IMA.– En medio de un país convulsionado por marchas y protestas, en su esperado discurso de la noche del jueves, la presidenta Dina Boluarte afirmó: “El gobierno está firme y su gabinete más unido que nunca”, y denunció que los manifestantes quisieron “tomar tres aeropuertos al interior del país”.

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