La Voz de América conversó con el director de Reporteros Sin Fronteras para América Latina sobre los desafíos actuales de la prensa en la región. Por quinto año consecutivo, Noruega ocupa el primer lugar en la clasificación mundial sobre libertad de prensa, seguida por Finlandia, Suecia y Dinamarca.

Bogotá. — El aumento del “arsenal de censura” en uso de parte de las autoridades contra los periodistas, la judicialización, la impunidad, los graves atropellos contra los profesionales y las condiciones tóxicas de trabajo son algunos de los problemas más claros que impactan la libertad de prensa en la región.

Así lo confirmó en entrevista con la Voz de América el director de Reporteros Sin Fronteras (RSF) para América Latina, Emmanuel Colombié, a propósito del informe “Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2021” elaborado por la organización.

El texto advierte que América Latina sufrió el peor retroceso (+2,5%) entre los indicadores regionales, una situación que se vio agravada por la pandemia de COVID-19.

“El coronavirus ha actuado como una especie de acelerador de la censura”, afirmó Colombié aludiendo a que se trata de una situación que ocurre a nivel regional y global.

«En varios lugares del mundo y específicamente en la región, autoridades públicas han utilizado la crisis sanitaria y el caos para aumentar el arsenal de censura, utilizando el argumento de que los periodistas están propagando informaciones que no serían correctas o no podrían, en ese contexto delicado, criticar a la actuación de los gobiernos”, afirma Colombié.

A la vez calificó la situación de “grave y preocupante” y de “tóxicas” las condiciones de trabajo en las que se desempeñan algunos comunicadores.

CRISIS EN VENEZUELA Y NICARAGUA

Por ejemplo, cita Colombié, en Venezuela (ubicada en el puesto 148) o en Nicaragua (en el puesto 121) muchos periodistas han sido detenidos por criticar la actuación del gobierno sobre la crisis sanitaria.

“Unos se fueron a la cárcel, otros fueron acusados de propagar informaciones falsas” y destacada el caso de Brasil donde el presidente Jair Bolsonaro hizo “promoción de remedios que nunca han sido comprobados como eficientes para luchar contra el coronavirus”, explicó.

Sobre Venezuela dijo además el representante de RSF a la VOA: “Infelizmente las cosas no cambian… Hay una censura estatal estructural desde el gobierno del presidente [Nicolás] Maduro, que intenta por todos los medios posibles silenciar a las voces independientes y críticas con esa, justamente, la propagación de esa idea de que los periodistas son los enemigos del pueblo”.

Detenciones arbitrarias de periodistas críticos, confiscación de material de profesionales independientes y el trabajo en un contexto extremadamente complejo son los retos que, según el vocero de la organización, se deben enfrentar en Venezuela. Explicó que la situación es muy similar en Nicaragua.

“Lo que está pasando en Brasil es gravísimo”, evalúa RSF. Desde la llegada del presidente Bolsonaro, la situación de libertad de prensa en el país “sigue deteriorándose”.

La pandemia, agrega el director de la región, actuó como un “revelador” de los problemas que ya existían, con un presidente, junto a personas cercanas que -según Colombié- “insultan, difaman y estigmatizan todos los días a los periodistas críticos”.

En Brasil (que ocupa el puesto 111) -añade- cada vez es más difícil acceder a la información pública y es un país que les “preocupa mucho…. Es un país prioritario para Reporteros sin Fronteras”, señala, argumentando males como la impunidad, la concentración de la propiedad de los medios de comunicación, la judicialización de la censura y la multiplicación de ataques contra mujeres periodistas.

Además de Brasil, Venezuela y El Salvador (en el puesto 82 y donde se registra una de las mayores caídas en la clasificación) se catalogan como las naciones donde los periodistas más denuncian bloqueos o dificultades para acceder a la información oficial.

En el caso de El Salvador, “desde la llegada del nuevo presidente [Nayib] Bukele, tenemos una tentativa de control de los medios de comunicación en el país muy preocupante”, la dificultad de acceder a informaciones públicas de manera simple y transparente, y “una falta de pluralismo también que perjudica la libertad de expresión”.

PUNTOS “DRAMÁTICOS” EN CENTROAMÉRICA

“Lo de lo que está pasando en Nicaragua es dramático. No habría otra palabra. Tenemos una tentativa de control total del país por el gobierno de Daniel Ortega. Es un sistema parecido efectivamente al sistema venezolano, pero que no tiene el mismo histórico”, sostiene el representante de RSF.

La escasez de papel “es un método de censura simple, pero con un efecto dramático”, señala Colombié, además de las “falsas auditorías por parte de autoridades administrativas” en medios locales y “una judicialización de la censura altísima”

Nicaragua pasa por una crisis política, económica y, según el vocero de la organización, “no tiene tanta visibilidad como debería tener en los medios occidentales, a nivel general, pero hay un drama económico social en el país y los medios de comunicación son cada vez más silenciados”.

En el caso de Honduras, el experto dice que existe una violencia estructural histórica que no solo atenta contra los comunicadores, “es un país donde se matan periodistas todos los años, periodistas que cubren e investigan la corrupción, que investigan los grupos delincuentes, que generalmente a nivel local están haciendo un trabajo la información fundamental, que son muy vulnerables porque no tienen el apoyo necesario, no tienen la visibilidad necesaria para ser defendidos”.

Además de ser un país con altos niveles de impunidad, al igual que México, donde existen círculos viciosos “porque la justicia no identifica a los responsables intelectuales de los ataques contra la prensa”, dice el director de RSF para América Latina.

CUBA, A PEOR POSICIÓN

En el ranking del informe de RSF, la nación caribeña se ubica en el puesto 171, una posición considerada como ‘muy grave’, debido a que la situación en la isla no cambia, señaló Emmanuel, donde las propias normas gubernamentales cercan del todo la libertad de expresión con “un control casi total de la información que circula en la isla”.

Cuba “sigue siendo un país prioritario también para Reporteros sin Fronteras, porque los que consiguen expresarse generalmente son muy rápidamente perseguidos, encarcelados y gran parte de ellos infelizmente tienen que salir del país para seguir trabajando, lo que es un drama para los propios periodistas, pero también para la sociedad cubana, como un todo que merece, frente al acceso a la información plural y diversa, justamente formarse una opinión sobre lo que está pasando normalmente, internacionalmente”, agrega Colombié.

Recordó además que el gobierno desacredita el trabajo de la prensa “diciendo que todo lo que huye de la línea editorial del régimen cubano es mentira o es información falsa”.

COSTA RICA Y JAMAICA EJEMPLARES

Costa Rica es una excepción en la región porque según la clasificación, está entre los 10 países mejor clasificados, así como Jamaica.

En la nación centroamericana, dice Emmanuel, “es posible trabajar como periodista normalmente… Primero, hay un discurso público, no sólo de la presidencia sino de las autoridades que valoriza el trabajo de la prensa” pero, además Costa Rica cuenta con un marco jurídico, un conjunto de leyes que rigen la labor periodística que podría considerarse como “una especie de modelo para la región. O sea, las leyes de Costa Rica permiten a los periodistas trabajar sin sufrir represalias, sobre todo jurídicas”, agrega.

Tampoco, dice, hay una concentración excesiva de los medios de comunicación, no hay monopolios, “así que hay un pluralismo mismo siendo un pequeño país”, añade Colombié, quien enfatiza en que Uruguay también cuenta con leyes interesantes y que pueden funcionar en la región.

DESAFÍOS DEL PERIODISMO LATINOAMERICANO

El periodismo independiente y de calidad “es la mejor vacuna contra el virus de la desinformación, dice Colombié, al tiempo que confiesa que el panorama en la región es “bastante sombrío”.

La solución -dice- debe partir de los propios periodistas que “tienen que responder a esa crisis de confianza con más periodismo de calidad, porque de nuevo, consideramos que el derecho a la información es tan importante como el derecho a la salud y que los periodistas son los que tienen justamente la solución a investigar los hechos: comprobar, verificar, haciendo un trabajo ético”.

Por otro lado -afirma- es importante que los profesionales denuncien y sensibilicen a la comunidad internacional sobre las dificultades estructurales que enfrentan los periodistas.

“Cuando hay autocensura, está la sociedad también como un todo que sufre, así que, si no hay más pluralismo, son las democracias las que sufren”.

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