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La ultraderecha avanza en Europa e impregna la agenda política

Italian Prime Minister Giorgia Meloni waits for the arrival of Queen Rania of Jordan at Villa Doria Pamphili in Rome, Italy, 09 April 2025. (Photo: EFE/ETTORE FERRARI)

Redacción Internacional.– La ultraderecha se ha consolidado como principal partido de oposición en países como Alemania, Francia y Portugal, donde su avance ya ha empezado a teñir la agenda política y social de distintos gobiernos.

En el este de Europa, mientras tanto, fuerzas ultranacionalistas y populistas controlan la política gubernamental en varios Estados.

ALEMANIA

En el país más poblado de la UE, el partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) fue este año la primera fuerza de la oposición tras obtener el segundo puesto en las elecciones de febrero con el 20,8 % de los votos, duplicando el resultado de 2021.

Actualmente, apunta al alza en las encuestas, que le dan entre un 25 % y un 27 %,, en disputa con los conservadores del canciller, Friedrich Merz.

La AfD es especialmente fuerte en el este, donde en 2026 habrá elecciones en Sajonia-Anhalt y en Mecklenburgo-Antepomerania, lugares donde encabeza las encuestas de intención de voto con el 40 % y el 30 % respectivamente.

FRANCIA

Ganadora en número de votos en las europeas y legislativas de 2024, la extrema derecha francesa vive pendiente de su líder, Marine Le Pen, inhabilitada por un caso de desvío de fondos del Parlamento Europeo y cuyo recurso marcará la agenda política a principios de 2026.

Si no puede presentarse a las presidenciales de 2027, su delfín Jordan Bardella, de 30 años, prepara su imagen de estadista y en las recientes encuestas figura como favorito para acceder al Elíseo.

Partido mayoritario en la Asamblea, la Agrupación Nacional de Le Pen ha optado por una estrategia de confrontación total con el presidente Emmanuel Macron, con la intención de forzarle a adelantar las legislativas con el viento favorable de los sondeos.

PORTUGAL

En Portugal el partido de ultraderecha Chega ha avanzado en el último año y es ya la segunda fuerza en el Parlamento, tras la coalición de centroderecha del primer ministro Luís Montenegro.

El grupo liderado por André Ventura superó al Partido Socialista en las legislativas de mayo. Pero pese a este progreso también ha mostrado debilidades en las municipales de octubre, cuando solo se hizo con el control de tres ayuntamientos.

Aun así, el crecimiento de Chega tiene impacto en las políticas del Gobierno, que ha adoptado medidas para cerrar las puertas a los inmigrantes en el país, una de las principales reivindicaciones de la ultraderecha.

ITALIA

En Italia, la primera ministra ultraderechista Giorgia Meloni preside desde octubre de 2022 el tercer gobierno más longevo de la historia democrática del país después de tres años en coalición con la Liga de Matteo Salvini y Forza Italia de Antonio Tajani.

La mandataria, con un discurso mucho más institucional que en su pasado de opositora, navega aguas tranquilas y aparentemente sin la erosión propia del poder según todas las encuestas, que dan a su partido en torno al 30 %. Así, la legislatura parece bien atada hasta su final en 2027.

EL ULTRANACIONALISMO DEL ESTE

En Hungría, el gobierno de Viktor Orbán, principal referente del populismo ultranacionalista en Europa, cumplió en 2025 su décimo sexto año consecutivo en el poder.

Sin embargo, en los últimos meses creció el nerviosismo en el gobernante Fidesz ante el ascenso en las encuestas del conservador Tisza (Respeto y Libertad), que podría ganar las elecciones previstas para abril de 2026.

Con la victoria del controvertido magnate Andrej Babis en las generales de octubre, la República Checa cuenta desde finales de año con un gobierno de coalición de orientación populista, ultraderechista y eurocrítica.

Babis aboga en la UE por más austeridad, menos inmigración y por no aplicar íntegramente todas las medidas del Pacto Verde de la UE, en particular la eliminación del motor de combustión.

En Eslovaquia, el primer ministro populista y prorruso Robert Fico continuó con sus políticas ultranacionalistas y eurocríticas. A nivel europeo, trató de bloquear, junto con Hungría, diversas decisiones relativas al apoyo militar y económico de la UE a Ucrania.

La Comisión Europea abrió un expediente al Gobierno después de que el parlamento aprobara una enmienda constitucional en la que otorgaba primacía al derecho eslovaco sobre el europeo en asuntos de «identidad nacional», especialmente en temas de familia y género.

EL CASO BRITÁNICO

En el Reino Unido, la larga digestión del Brexit más la llegada de miles de inmigrantes por mar desde las costas francesas ha dado alas a la ultraderecha local: en septiembre, una manifestación convocada por el extremista Tommy Robinson con un mensaje abiertamente antiinmigración congregó a más de 100.000 personas en Londres y dejó 24 detenidos.

El fruto de ese descontento social parece cosecharlo el partido UK Reform de Nigel Farage, que se dio a conocer en la campaña antieuropea del Brexit y ahora renace con un mensaje nacionalista de ‘Reino Unido primero’ similar al trumpismo estadounidense. Las últimas encuestas dan al UK Reform una intención de voto (26 %) muy superior a conservadores y laboristas, con la vista en las municipales de mayo.

DERROTA EN PAÍSES BAJOS

En Países Bajos, el partido liberal progresista D66 arrebató en octubre la victoria electoral a la derecha radical PVV de Geert Wilders por unos 15.000 votos, aunque ambos lograron el mismo número de escaños.

Como primera fuerza, D66 asumió el encargo de formar el próximo gobierno, un proceso complejo que, si fracasa, daría el turno a Wilders como líder de la segunda lista más votada para intentar una coalición.

En Bélgica, el partido flamenco Vlaams Belang, nacionalista y de extrema derecha, se erigió como segunda fuerza en las elecciones federales de 2019 y 2024, en las que obtuvo el mejor resultado de su historia, con el 13,76 % de los votos

Pese a los resultados, el partido encabezado por Tom Van Grieken nunca alcanzó el Gobierno ante la coalición de otras formaciones.

En Suiza, el partido con mayor presencia en el parlamento, la Unión Democrática de Centro (UDC), engloba en su seno facciones de todo el espectro conservador, incluida la ultraderecha.

Sin embargo, UDC tiene sólo un 30 % de los escaños en las dos cámaras y, desde hace décadas, gobierna junto a socialistas, liberales y democristianos, lo que genera un contrapeso que impide que medidas radicales sean de gobierno, aunque su presión ha llevado a la prohibición del burka y otras formas de cubrir la cara.

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