Bruselas- El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, confirmó este lunes que ha invitado al presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, a participar en una cumbre de líderes aliados en Bruselas en 2021.

«He invitado al presidente electo Joe Biden a una cumbre de la OTAN en Bruselas a principios del año próximo. La fecha específica no se ha decidido aún, pero habrá una cumbre y, por supuesto, todos los líderes (de la organización) estarán ahí y también el nuevo presidente electo Joe Biden», declaró el político noruego durante una rueda de prensa previa a la reunión virtual de ministros de Exteriores de la Alianza que se celebra el martes y miércoles.

Es habitual que la OTAN organice una reunión de líderes cada vez que un nuevo presidente estadounidense llega a la Casa Blanca y, de hecho, la Alianza ya dio la bienvenida a Donald Trump en Bruselas en mayo de 2017, cuatro meses después de su llegada al poder.

Además, fuentes de la Unión Europea aseguraron el domingo que el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y su equipo están en contacto con la OTAN para ver si es posible organizar una visita común de Biden a Bruselas.

De ese modo, se entrevistaría con los líderes de la Unión Europea y de la Alianza, pues Michel también ha invitado al político demócrata a participar en una cumbre presencial durante la primera mitad de 2021.

Este lunes, Stoltenberg recalcó que Biden es un «fuerte partidario» de la OTAN y afirmó que conoce «bien» la Alianza, lo cual consideró «una buena cosa para todos».

«Espero que en los próximos años seamos capaces de fortalecer aún más el vínculo transatlántico», dijo el secretario general aliado, quien expresó su deseo de trabajar con el próximo presidente estadounidense y con su vicepresidenta, Kamala Harris.

De todas formas, matizó que solo hay un presidente en Estados Unidos en cada momento y subrayó que en la actualidad la Alianza trabaja con la administración del republicano Donald Trump.

«Tras la transición, en enero, trabajaremos por supuesto con la próxima administración Biden», explicó.

El lunes pasado, Stoltenberg habló por teléfono con Biden y en esa conversación trataron la cuestión de Afganistán, después de que el Gobierno de Trump haya aprobado retirar tropas del país asiático pese a la misión para asesorar, formar y entrenar a las fuerzas de seguridad locales que tiene desplegada la OTAN.

«Indiqué el dilema al que nos enfrentamos de que, por supuesto, hay un precio si decidimos quedarnos (en Afganistán), pero también habrá un precio si decidimos irnos», constató.

En ese sentido, argumentó que si optan por permanecer en el país debe seguir la implicación militar, mientras que si se abandona el territorio «se arriesga a perder los avances logrados» en la lucha contra el terrorismo y los talibanes.

«Para ser honesto, no hay una solución fácil a ese dilema, pero espero abordar la discusión con los ministros de Exteriores mañana y también tomar la decisión con la nueva administración Biden el año próximo», expuso.

La semana pasada, Stoltenberg ya adelantó que los ministros de Defensa aliados decidirán el futuro de la misión de la OTAN en Afganistán en su reunión del próximo febrero, cuando Biden se haya convertido en presidente de Estados Unidos.

El ex primer ministro nórdico recordó entonces el acuerdo que firmaron a finales de febrero en Doha los talibanes y EEUU, por el que los estadounidenses anunciaban la retirada de sus tropas en un periodo de 14 meses, al tiempo que los insurgentes se comprometían a evitar que el territorio afgano pudiera prestar apoyo alguno a actividades terroristas en el futuro.

«En ese acuerdo se dice que todas las tropas internacionales deberían estar fuera de Afganistán para el 1 de mayo», constató.

En cualquier caso, subrayó que esa posible retirada solo se llevará a cabo si los insurgentes han cumplido con su parte del pacto.

Hoy, Stoltenberg reconoció que «nadie quiere estar en Afganistán más tiempo del necesario», pero reiteró que con independencia de cuál sea la decisión final, permanecer o retirarse, debe ser una medida coordinada entre los aliados.

También se refirió al auge de China y al papel de la Alianza al respecto, a la vista de la preocupación que Pekín genera en Washington.

«Mi mensaje para Estados Unidos es que si están preocupados por el tamaño de China, es incluso más importante mantener a los amigos y aliados en la OTAN cerca», indicó, y agregó que una OTAN «fuerte» conviene tanto a Europa como a Estados Unidos.

En el caso norteamericano, el político nórdico destacó que existe un «fuerte apoyo» a la Alianza tanto entre demócratas como entre republicanos.

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