NUEVA YORK— Mientras multitudes abordaban botes para visitar la Estatua de la Libertad y Ellis Island el miércoles por la mañana, sin mayores señales inmediatas del cierre, en Filadelfia los turistas se toparon con una realidad distinta: la icónica Campana de la Libertad permanecía inaccesible, y solo podían observarla desde fuera del pabellón de cristal.
El acceso varió ampliamente entre los más de 400 sitios administrados por el Servicio de Parques Nacionales tras el inicio del cierre, que obliga a suspender a alrededor de dos tercios de sus empleados. En algunos lugares, los visitantes apenas notaron cambios; en otros, se encontraron con puertas cerradas y servicios reducidos.
De acuerdo con un plan de contingencia publicado el martes por la noche, “las carreteras, miradores, senderos y monumentos al aire libre permanecerán en general accesibles”. Sin embargo, parques sin áreas abiertas quedarán cerrados, y aquellos que sigan recibiendo público podrían clausurarse si se acumula basura o se dañan los recursos naturales debido a la falta de personal.
Servicios limitados y empleados suspendidos
El cierre ha dejado a unos 9,300 empleados del Servicio de Parques sin trabajo. Esto significa que los sitios abiertos solo pueden ofrecer servicios mínimos para proteger la vida, la propiedad y la seguridad pública.
En Acadia, Maine, los visitantes hallaron centros de información cerrados y buzones de mapas vacíos. Jim Feather, de Pennsylvania, expresó su frustración al no saber si era seguro subir a Cadillac Mountain sin la presencia de guardabosques. “Es frustrante que estén jugando a la política en Washington. Su trabajo es aprobar un presupuesto”, dijo.
En Mississippi, el Parque Militar Nacional de Vicksburg —su atracción cultural más visitada— cerró totalmente, mientras un grupo comunitario buscaba fondos privados para reabrirlo. En Carlsbad Caverns, Nuevo México, el cierre de caminos bloqueó el acceso a las cuevas y a los vuelos de murciélagos al anochecer.
En Florida, en los Everglades, turistas suizos optaron por continuar a pie tras encontrar una carretera bloqueada. “Para nosotros es especial”, comentó Andy Jeker, destacando la magnitud de los parques estadounidenses y su conexión con la naturaleza.
Preocupación por daños y economía local
Organizaciones de empleados de parques advierten que los cierres parciales con personal reducido ya han provocado vandalismo, acumulación de basura y daños ambientales en cierres anteriores. En 2018 y 2019, durante un cierre de cinco semanas, se registraron incidentes de conducción ilegal fuera de camino y deterioro de recursos.
En 2013, bajo la administración Obama, los parques se cerraron por completo, lo que ocasionó pérdidas superiores a 500 millones de dólares en gasto turístico y afectó gravemente a comunidades que dependen de los visitantes.
Posibles donaciones estatales
El plan de contingencia actual permite que estados, gobiernos locales o tribus aporten fondos para mantener abiertos los parques. En el pasado, Utah, Arizona, Colorado, Nueva York, Dakota del Sur y Tennessee han financiado parcialmente la operación de sus parques durante cierres federales.
Colorado ya ha sugerido la posibilidad de repetir este modelo para el Parque Nacional de las Montañas Rocosas, mientras que Arizona anunció que no podrá costear la reapertura del Gran Cañón en esta ocasión.
“Es una situación difícil para todos, tanto para los trabajadores que no reciben salario como para los visitantes que buscan disfrutar del otoño en los parques”, señaló Bill Wade, de la Asociación de Guardabosques de Parques Nacionales.

